LA NECESIDAD DE SER ENTRENADOS
Y DE TENER UN ARREGLO ADECUADO
Muchos hermanos han recibido mi palabra con agrado, sin embargo nadie ha empezado algo concreto en la practica de las reuniones de grupo. Hasta ahora he sido un entrenador que sólo está dando instrucciones pero que no juega en el terreno. Estuve esperando que otros tomaran mi palabra y mi carga, pero no he visto el resultado que esperaba. Esto me ha obligado a tomar el camino laborioso del Señor y a ayudar a las iglesias a empezar las reuniones de grupo. Sin las reuniones de grupo no hay manera de extendernos, de incrementar y multiplicarnos.
El recobro es una familia que ya tiene mas de setenta años de historia y que tiene una situación actual. Aunque el número de santos no es considerable, de momento existen aproximadamente mil trescientas iglesias en el recobro del Señor en la tierra. Hoy tenemos una carga clara y definida de empezar de nuevo a practicar las reuniones de grupo con miras a cuidar de todas estas iglesias. Después de formar las reuniones de grupo, debemos salir en una manera sencilla para ganar personas. Después de engendrar a los nuevos, tenemos que nutrirlos. Luego debemos perfeccionarlos. Perfeccionar a las personas consiste principalmente en enseñarles. Para ello, tenemos las Lecciones de vida (publicadas por Living Stream Ministry), las Lecciones de la verdad (publicadas por Living Stream Ministry), y muchas otras publicaciones. Si utilizamos estos materiales adecuadamente, podemos edificar a los nuevos en un plazo de un año para que ellos hagan lo mismo que nosotros. Sin embargo entre nosotros son pocos los que saben nutrir y enseñar a los nuevos. Por esta razón, los nuevos no son perfeccionados.
Los hermanos y hermanas que quieren formar grupos deben ser entrenados. No todos están calificados para formar una reunión de grupo. Podríamos comparar la formación de las reuniones de grupo con tocar el piano. Cualquiera puede tocar el teclado de un piano, pero no cualquiera sabe tocar piano. Para tocar piano, uno necesita ser entrenado. Hemos compartido muchos puntos acerca de las reuniones de grupo, pero es posible que todavía los santos no sepan cómo llevarlas a cabo. Si practicamos las reuniones de grupo de una manera natural, no necesitamos entrenar a los santos. Pero, para practicar los grupos vitales según la manera bíblica, vamos a necesitar muchas reuniones para entrenar a los principiantes, a los colaboradores, y a los voluntarios en la formación de los grupos. Si dejamos que los santos formen grupos libremente, sin ningún entrenamiento, puede ser que los grupos formados no sean apropiados. Si queremos que los grupos sean formados de una manera adecuada, es posible que cada grupo necesite uno o dos líderes.
Podemos decir que como principio no necesitamos la enseñanza del hombre ya que tenemos al Espíritu Santo (1 Jn. 2:27). En principio esto es cierto, pero en realidad no es así. El apóstol Pablo estaba lleno del Espíritu, y tenía mucha experiencia del Espíritu. No obstante, aparte de la obra orgánica del Espíritu, él también se encargaba del arreglo en la obra. En 1 Timoteo él nos explicó cómo establecer ancianos y diáconos (cap. 3). El no dijo que mientras el Espíritu esté en nosotros y amemos al Señor y oremos mucho, el Espíritu nos guiará a saber quiénes deberían ser los ancianos y los diáconos. Después de predicar el evangelio en varias ciudades, Pablo regresó para visitar a las iglesias y nombrar ancianos allí (Hch. 14:21-23). A pesar de que Pablo practicaba esto, él no escribió nada en cuanto al nombramiento de ancianos y diáconos en los primeros días de su ministerio. Lo que él enseñaba al respecto fue dado más tarde porque para aquel entonces había aprendido que donde no había un nombramiento apropiado de ancianos, aparecían la confusión y los problemas en la iglesia.
La práctica y la enseñanza de Pablo indican el principio de encarnación: el Espíritu obra, pero El lo hace a través del hombre. Queda claro y definitivo que debemos depender del Espíritu para Su obra orgánica, pero aun así en el lado humano necesitamos algún tipo de entrenamiento y arreglo. Si dejamos que los voluntarios salgan a buscar un compañero y a formar reuniones de grupo a su manera, nos daremos cuenta de que esto no dará los debidos resultados. Es muy importante que los santos sean entrenados al principio porque de ello se producirán los grupos en una manera adecuada.
Primero, los voluntarios para los grupos vitales deben ser formados por grupos, y entonces ser entrenados y regulados. Esto proveerá una fundación. Cada uno de estos grupos puede crecer y dividirse en dos grupos a los seis meses o a más tardar al año. Esto representa un incremento del ciento por ciento según el número de grupos, pero no según el número total de santos en la iglesia, porque no todos los miembros de la iglesia estarán en los grupos. Prevemos que la tercera parte de la iglesia estará en las reuniones de grupo.
(
Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales, capítulo 5, por Witness Lee)