Llevar fruto que permanece, tomo 1, por Witness Lee

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ALGUNAS PAUTAS EN CUANTO A LAS REUNIONES DE HOGAR

Podemos resumir lo que debemos tener en cuenta en las reuniones de hogar en cuatro puntos cruciales, a los cuales debemos prestar mucha atención.

Ver que la vieja manera anula la función de los creyentes

En primer lugar, nunca debemos introducir la vieja metodología en las reuniones de hogar, pues esto anulará la función de los creyentes. Cuando vamos a los hogares de los recién bautizados para conducir las reuniones de hogar, ya sea al cantar, orar, leer la Biblia o tener comunión, no podemos emplear la vieja metodología. Esperamos que todos nuestros conceptos cambien al respecto. ¿Cuál es la vieja metodología? Es aquella en la cual todo es hecho por los que conducen la reunión. Son ellos quienes escogen los himnos, cantan, oran, leen la Biblia, dan los mensajes e incluso concluyen la reunión. En consecuencia, cuando una persona recién bautizada asiste a la reunión, no se atreve a hacer nada, salvo permanecer en su asiento, puesto que los que conducen la reunión lo hacen todo. Ésta es la vieja manera, el viejo método, la cual anula la función de los creyentes.

Es muy fácil que la vieja manera produzca un clero. Además, el sistema organizativo emerge subconscientemente de la vieja manera, y una vez que esto sucede, hay control. En tales condiciones, los recién bautizados no pueden ejercer su función. Originalmente, una persona recién salva puede haber sido muy activa, pero una vez que viene a las reuniones, ya no puede serlo, porque la práctica de la vieja manera lo inmoviliza, e incluso lo mata. Gradualmente, dicha persona pierde su sensibilidad espiritual, y llega a creer que un cristiano debe amar al Señor, seguirle y venir a las reuniones con regularidad. Finalmente, aunque viene a las reuniones, no tiene ninguna sensibilidad y es como una persona que ha sido narcotizada. Aunque está viva y todavía respira, no tiene ninguna sensibilidad espiritual.

Ver que la vieja manera priva a los creyentes de su función orgánica

En segundo lugar, necesitamos ver que la vieja manera priva a los creyentes de su función orgánica. Tenemos que entender que si seguimos reuniéndonos según la vieja manera, después de medio año estaremos “anestesiados” y no podremos despertar. Como dijimos antes, un hermano entre nosotros admitió haber sido anciano por más de diez años sin haber conducido a ninguna persona al Señor y sin haberse percatado ni haber sentido que esto era algo muy serio. En el Evangelio de Juan, el Señor dijo que Él quita todo pámpano que no lleva fruto (15:2). Esto es algo terrible. ¿Qué significa quitar un pámpano? Esto no puede ser algo bueno. Quitar un pámpano de la vid significa que éste queda separado de las riquezas de la vid. No se trata de si usted perecerá o no, sino de que sencillamente no podrá disfrutar de las riquezas del Señor.

Hablando de manera lógica, el disfrute del Señor debe dar por resultado que llevemos mucho fruto. ¿Cómo puede un hermano haber sido anciano por tanto tiempo y no haber traído ni a una persona al Señor y al mismo tiempo no haber tenido ninguna sensación al respecto? Esto es estar narcotizado, incluso es como estar en un “estado de coma”, vivo y respirando pero sin ninguna sensibilidad. Esto es algo muy grave. El viejo estilo de tener reuniones mata y embota a los miembros del Cuerpo de Cristo. Por consiguiente, no podemos seguir reuniéndonos de la vieja manera; al contrario, debemos abandonar completamente dicha manera de reunirnos.

Ayudar a los nuevos creyentes a establecer reuniones de hogar apropiadas

Tercero, debemos ayudar a los nuevos creyentes a establecer reuniones de hogar apropiadas. Esto incluye tres asuntos principales: cómo enseñar a las personas la verdad, cómo alimentarlas para que crezcan en vida y cómo guiar a las personas para que conozcan la iglesia. La clave para que nuestra práctica sea conforme a la nueva manera es conducir las reuniones de hogar de manera apropiada. Actualmente, no hay ningún problema con ganar nuevos creyentes, pues muchos bebés están naciendo entre nosotros. La pregunta es, más bien, cómo alimentar a los bebés después que nacen. Para empezar, el viejo método no puede emplearse en el nuevo tipo de reuniones. Conforme a este principio, tenemos que estudiar cómo pedir los himnos, leer la Biblia y orar en las reuniones de hogar a fin de eliminar la vieja práctica en la cual sólo unas pocas personas lo hacen todo. No debemos tolerar que los que conducen la reunión influyan en un hermano recién bautizado al punto de que deje de ejercer su función normal.

Además, tenemos que concertar citas para visitar a las personas en sus hogares después de que las bauticemos. Los nuevos creyentes quizás no sepan cómo debemos reunirnos la primera vez que vamos a su casa, así que tenemos que enseñarle cómo llevar a cabo la reunión de hogar. Debemos decirles que esta reunión es para su familia y que nosotros asistimos sólo para brindarles ayuda. También debemos decirles que las reuniones cristianas consisten simplemente en cantar himnos, leer la Palabra del Señor, testificar, compartir y predicar el evangelio cuando vengan amigos que no han escuchado antes el evangelio. Debemos decirles que una reunión sencillamente se compone de estas actividades, las cuales no deben ser cumplidas por los así llamados hermanos responsables. Prácticamente todos en una reunión de hogar son personas recién salvas. En ese sentido, allí no hay ancianos, diáconos ni tampoco líderes de ninguna clase. Así que, todos deben ejercer su función y encargarse de su propia reunión. Inicialmente, cuando vayamos a ayudar a los nuevos creyentes en una reunión de hogar, cuando mucho debemos tener comunión con ellos y demostrarles en la reunión cómo se debe orar, cantar los himnos y leer las Escrituras, pero en lo posible debemos permitir que ellos hagan estas cosas por su propia iniciativa.

(Llevar fruto que permanece, tomo 1, capítulo 1, por Witness Lee)