ALGUNOS PRINCIPIOS BÁSICOS
DE LAS REUNIONES DE HOGAR
Una vez que una persona sea salva, debemos ayudarla a establecer una reunión de hogar. Los principios para asistir a una reunión de hogar son, primeramente, que debemos tomar una resolución y, segundo, que debemos saber que el propósito de ir a las reuniones de hogar no es dirigir a los nuevos creyentes, sino más bien enseñarles. Debemos ir como “entrenadores” para abrir sus corazones y enseñarles las funciones básicas de una reunión, así como un entrenador de básquetbol primero le enseña a su equipo las acciones básicas del juego. Algunas de las acciones básicas de una reunión de hogar son: orar, cantar himnos, leer la Biblia, explicar la Palabra, dar testimonios y animarnos unos a otros. Hay al menos seis o siete acciones básicas con las cuales deben familiarizarse los nuevos creyentes.
En las primeras reuniones usted puede usar algunos de los temas de Lecciones de vida tales como la oración y la lectura de la Biblia. Luego puede ayudarles a poner en práctica la oración y la lectura de la Biblia. En la tercera semana usted puede enseñarles a cantar los himnos. Puede decirles que cualquiera puede cantar. Si ellos quieren aprender más acerca de cómo cantar, pueden adquirir los casetes de Cien Himnos Seleccionados y escucharlos en casa. Quizás algunos himnos sean difíciles de entender, pero cuanto más los escuchen, más se familiarizarán con la melodía y la música. Usted puede enseñarles a los nuevos creyentes diferentes asuntos, uno por uno.
Cuando nos reunamos con ellos en sus hogares y les enseñemos estas seis o siete acciones básicas, podemos decirles que esta reunión es como un juego de básquetbol, y que nosotros simplemente estamos allí como los entrenadores para enseñarles a jugar. En realidad, nosotros no jugamos; quienes juegan son ellos. Luego, si necesitan mejorar en algo, espontáneamente podemos corregirlos. Una vez que hayan captado este concepto básico, ejercerán su función. Además, debemos suplirles algunas necesidades de menor importancia, mostrándoles, por ejemplo, en qué sentido somos diferentes del cristianismo y por qué nuestras reuniones son diferentes de las reuniones del cristianismo. También podemos mostrarles el ejemplo del bautismo en Hechos 8; una vez que el eunuco fue salvo y quería ser bautizado, Felipe lo bautizó en el agua que estaba junto al camino (vs. 35-39). También está la historia del carcelero en Filipos a quien Pablo bautizó en la casa del propio carcelero (16:30-33). En la Biblia no vemos que se mencione ningún bautisterio. Así que, debemos darles a conocer este punto, para que al darles algunos principios, si ellos han escuchado algo equivocado o confuso, podamos ayudarles andar conforme a la verdad. Ésta es la manera de suplir estas necesidades secundarias que ellos puedan tener.
(Llevar fruto que permanece, tomo 1, capítulo 2, por Witness Lee)