Llevar fruto que permanece, tomo 1, por Witness Lee

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APRENDER A PRESENTAR LA VERDAD A LOS DEMÁS DE MANERA CONCISA

Podemos aplicar de manera práctica los asuntos mencionados anteriormente de la siguiente manera. Cada vez que tengamos comunión en una reunión de hogar, debemos liberar nuestro espíritu en cuanto abramos nuestra boca. Cuando liberamos nuestro espíritu, no somos tímidos ni estamos temerosos. Podemos comparar esto con un juego de básquetbol. Una vez que los jugadores entran en la cancha, se olvidan de los cielos, de la tierra e incluso de su propio nombre. Lo único que ocupa sus mentes es ganar el juego. Por ser así, ciertamente ganarán el partido. De la misma manera, nuestro espíritu tiene que ser liberado. En segundo lugar, antes de ir a conducir una reunión de hogar, debemos orar lo suficiente a fin de poder liberar el espíritu con denuedo. Asimismo, debemos ejercitarnos para ser equipados con la verdad. Si nos ejercitamos lo suficientemente, todo será muy fácil. Todos debemos prestar atención a este asunto. No sólo los hermanos y hermanas jóvenes deben hacer lo posible por ejercitarse, sino también los hermanos de mediana y avanzada edad. Ésta es la mayor carencia en todo el cristianismo. Aunque hay muchos creyentes que aman al Señor y le buscan, son muy pocos los que saben guiar a otros y saben qué hacer. Esto se debe a la falta de ejercicio. Espero que podamos ser fortalecidos en este asunto.

La necesidad primordial es conocer la verdad. Esto es como enseñar las matemáticas; si no somos buenos para las matemáticas, nos será muy difícil enseñarlas. La verdad que necesitamos conocer primeramente es la verdad en cuanto a la iglesia. Debemos ayudar a otros a conocer la iglesia de una manera exhaustiva. Cuando enseñamos a los demás, debemos presentarlo todo de manera sencilla. Una vez más, podemos comparar esto con la manera en que un entrenador les enseña a sus jugadores. El entrenador primero les enseña los movimientos básicos y espera que ellos practiquen dichos movimientos de manera cabal. Cuando juegan en la cancha, ellos no necesitan hacer todos los movimientos que el entrenador les enseñó, sino únicamente aplicarlos de manera flexible según la situación real y con la meta de encestar la pelota. Espero que todos entiendan estos dos aspectos. Por un lado, necesitamos conocer las verdades y ser equipados con ellas; por otro, debemos presentar las verdades de una manera sencilla y concisa, presentándoselas claramente a los nuevos creyentes.

Usemos como ejemplo el significado de la palabra iglesia. La iglesia es la asamblea de los que Dios ha llamado a salir. En cualquier lugar donde se reúnen creyentes como ustedes y yo, allí está la asamblea que Dios ha llamado a salir. Éste es el primer significado de la iglesia. Si vemos que necesitamos explicar el texto griego, simplemente podemos decir que la palabra iglesia en griego significa “asamblea de los que han sido llamados a salir”. No obstante, a fin de evitar dificultades, no presten demasiada atención al griego. En segundo lugar, la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Todos tienen un cuerpo. Todos sabemos que nuestro cuerpo humano está compuesto por muchos miembros, y que no es una organización inerte, sino un organismo viviente. Con respecto al Cuerpo de Cristo, se aplica el mismo principio que el que se aplica a los miembros orgánicos de nuestro cuerpo. El concepto clave es la vida que está en el cuerpo. Al igual que nuestro cuerpo humano, la iglesia como Cuerpo orgánico de Cristo está interiormente llena de vida. La vida del Cuerpo de Cristo es la vida de Dios. Por otro lado, la función del cuerpo de una persona es expresar dicha persona. Si una persona sólo tuviera una cabeza sin un cuerpo, no tendría expresión. El cuerpo junto con la cabeza funciona de tal manera que se manifiesta cierta expresión. La iglesia es la expresión orgánica de Cristo; por lo tanto, ella es la plenitud de Cristo. La plenitud es un desbordamiento. Si algo no fluye, no puede ser expresado. Una vez que fluye, el fluir llega a ser una expresión.

(Llevar fruto que permanece, tomo 1, capítulo 8, por Witness Lee)