Llevar fruto que permanece, tomo 2, por Witness Lee

Más extractos de este título...

ALUMBRAR A TODOS EN CUANTO AL MISTERIO MANTENIDO EN SILENCIO DESDE TIEMPOS ETERNOS

El Nuevo Testamento habla de algo llamado “misterio”. Este misterio aparece por primera vez en Romanos como el misterio de Dios que se mantuvo en silencio desde tiempos eternos y que abarca en su totalidad el misterio escondido en el Nuevo Testamento. Este misterio estaba escondido en Dios desde la eternidad sin principio ni fin. Luego, este misterio que estaba escondido en Dios fue dado a conocer en las dos epístolas de Efesios y Colosenses para alumbrar a todos. Ahora podemos ver que este misterio tiene dos aspectos. Por un lado, Cristo es el misterio de Dios y, por otro, la iglesia es el misterio de Cristo (Ef. 3:4, 9; Col. 2:2; 4:3). Más aún, 1 Timoteo 3:16 también dice: “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad”, Efesios 5:32 dice: “Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”, y en 1 Corintios 2:7 también se menciona la “sabiduría de Dios en misterio”.

De los versículos anteriores sobre el tema del misterio, vemos que Cristo es el misterio de Dios. Sin embargo, quizás esto no nos parezca personal, puesto que el misterio de Dios sólo tiene que ver con la relación entre Cristo y Dios. En contraste, la iglesia como misterio de Cristo sí parece tener más relación con nosotros. Aun así, ello depende de si vivimos o no en la iglesia. Si no vivimos en la iglesia, este misterio tampoco tendrá mucho que ver con nosotros en términos prácticos; la iglesia será la iglesia, y nosotros seremos nosotros, y no habrá mucha conexión entre ambos. El gran misterio de la piedad mencionado en 1 Timoteo es un principio primordial, pero todavía es incierto en qué medida nosotros estamos relacionados con dicho misterio. La sabiduría en misterio mencionada en 1 Corintios 2 es un asunto aún más misterioso.

Hay otro versículo de la Biblia que habla sobre el misterio que estaba escondido en Dios. Este versículo es el más sustancial y práctico para nosotros. Es Colosenses 1:27, que dice: “A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Este versículo tiene dos versiones en los manuscritos antiguos. Uno dice “en vosotros”, y el otro, “en nosotros”. Tanto en vosotros como en nosotros son frases correctas porque Pablo habló de ambas maneras. Esto nos muestra que el misterio es tanto personal como sustancial para nosotros.

(Llevar fruto que permanece, tomo 2, capítulo 9, por Witness Lee)