Llevar fruto que permanece, tomo 2, por Witness Lee

Más extractos de este título...

EL DIOS TRIUNO PASÓ POR UN PROCESO PARA ENTRAR EN LOS HOMBRES Y SER LA VIDA DE ELLOS

Nuestro Dios es el Dios que se vistió de humanidad para que la divinidad pudiera mezclarse con la humanidad como una sola entidad. Además, Él experimentó el vivir humano, llevó a cabo una muerte todo-inclusiva y entró en resurrección. Es difícil saber si esta persona es física o espiritual. Quizás ustedes digan que es espiritual, pero los discípulos pudieron tocarle. Por otro lado, podrían decir que Él es una persona física; sin embargo, Él pudo entrar en un recinto donde las puertas estaban cerradas. Después de Su resurrección, Él llegó a ser tal persona misteriosa, y ahora Él mismo se ha depositado en Sus palabras para que el evangelio que predicamos y cada frase que hablamos sea Él mismo. Él se halla en las palabras que nosotros hablamos. Cuando estas palabras son habladas y conmueven el espíritu de una persona, ella es iluminada para decir: “Señor Jesús”, y Él entra en ella. Quien entra en realidad es el Dios Triuno, el Dios que a la vez es hombre, el cual experimentó todo el vivir humano, pasó por la muerte y entró en resurrección. Él entra en el hombre junto con Su vivir humano, Su muerte, Su resurrección, Su divinidad y Su humanidad, a fin de ser la vida del hombre.

Cuando vamos a conducir una reunión de hogar, es un motivo de gozo para nosotros el que los nuevos creyentes permanezcan y lleguen a ser estables. Sin embargo, esto no es suficiente. Si no podemos introducirlos en la comunión de vida, lo que hagamos simplemente será una obra de filiación humana, una obra que simplemente apela al afecto de ellos. Cuando nosotros los guiamos en las reuniones de hogar, ellos disfrutan mucho, y cuando los visitamos en sus hogares, nos dan una calurosa bienvenida. Todo esto es muy bueno, pero no es suficiente, ya que debemos introducirlos en el Dios Triuno, quien mora en ellos, a fin de que tengan una comunión de vida con Él. No es suficiente que simplemente tengan contacto con nosotros, pues además de ello, deben contactar a Dios. No es suficiente que simplemente tengan comunión con nosotros; pues también necesitan tener comunión directamente con Dios. No es suficiente si nosotros somos los únicos que tienen comunión con ellos. Debemos llevar a Dios con nosotros para que sepan que el Dios Triuno está en nosotros y sobre nosotros. Además, este Dios también está en ellos y, por tanto, pueden tener comunión con Él en vida en su vida diaria, no solamente cuando estamos allí, sino también cuando no estamos con ellos.

(Llevar fruto que permanece, tomo 2, capítulo 4, por Witness Lee)