Llevar fruto que permanece, tomo 2, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LOS RESULTADOS DE PREDICAR EL EVANGELIO MEDIANTE LA PRÁCTICA DE TOCAR A LAS PUERTAS SON ILIMITADOS

Al observar a los nuevos creyentes cuando vinieron a la reunión de la mesa del Señor, descubrimos que la parte más dulce fue la comunión que tuvimos acompañada de un ligero refrigerio después de la reunión. Este tiempo de comunión presenta muchas ventajas. Primero, los hermanos y las hermanas pueden tener más contacto con los nuevos creyentes. Por medio de más comunión y más contacto con ellos, podemos llegar a conocer su verdadera situación. Esto es muy provechoso para los nuevos creyentes, pues permite que lleguen a ser estables en Cristo y en la iglesia. Más aún, durante el tiempo de comunión y refrigerio podemos invitar a los nuevos creyentes a que visiten el salón de reuniones. Así, ellos podrán ser introducidos en el servicio de la iglesia, lo cual los llevará a conocer un poco más la vida de iglesia.

No sólo un gran número de nuevos creyentes asistió a la reunión, sino que la manera en que ellos entraron a la reunión fue también muy ordenada. Aproximadamente dos mil personas asistieron. La asistencia de dos mil personas indica que detrás de la escena aún hay cinco o seis mil personas, y la mayoría de ellas tienen reuniones en sus hogares. Esto es definitivamente muy alentador.

Por los testimonios que dieron los nuevos creyentes vemos que son ilimitados los resultados de predicar el evangelio mediante la práctica de tocar a las puertas. Un hermano testificó que después de ser salvo, su primo y sus colegas también fueron salvos. ¡Cuán maravilloso es esto! Cuando el evangelio sale, puede propagarse ampliamente. Creemos que esta propagación no tiene límites. Otro hermano testificó que mientras tocaba a la puerta de una casa, el amigo que se encontraba allí estaba a punto de suicidarse. Si el hermano no hubiera ido a su casa ese día, ese amigo podría haberse suicidado. Esto realmente nos anima mucho, pues sentimos que esta manera de proceder no sólo es viable, sino también excelente. Probablemente no haya otra manera en que el evangelio pueda propagarse de una manera tan ilimitada.

Además hubo otros que testificaron que consideraban hacerse cristianos, pero no sabían cómo y deseaban que alguien los visitara. Los hermanos y las hermanas llegaron allí en el momento preciso. Esta situación es semejante a cuando el Señor envió a Pedro para que visitara la casa de Cornelio en Hechos 10. Por un lado, el Señor quería que Pedro fuera, pero, por otro, Él ya había hecho toda la obra de preparación en la casa de Cornelio. Es por eso que cuando los pequeños “Pedros” salimos a tocar a las puertas, ya hay tantas personas esperándonos. Esta situación también demuestra que si hubiésemos tocado a las puertas de forma selectiva y no de casa en casa, no habíamos obtenido semejantes resultados. Si siguiéramos haciendo las cosas como lo hacíamos en el pasado, poniendo anuncios en el periódico, haciendo publicidad e invitando a las personas por teléfono, no habríamos obtenido esta clase de resultados. Por otra parte, el evangelio no se habría propagado tanto ni tampoco habría sido predicado de una manera tan apropiada. La predicación del evangelio por medio de la práctica de tocar a las puertas ciertamente es positiva y provechosa.

(Llevar fruto que permanece, tomo 2, capítulo 1, por Witness Lee)