Llevar fruto que permanece, tomo 2, por Witness Lee

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EL SECRETO PARA EL ÉXITO DE LA NUEVA MANERA

Según la operación de Su poder en nosotros

No importa si usted es joven o viejo, debe darse cuenta de que hay un poder presente en nosotros. Si ustedes desean llevar una vida tranquila, debo decirles que eso es imposible. Si un electrodoméstico pudiera hablar, podría decirle a la electricidad que parara por unos minutos y lo dejara tomar un buen descanso. Sin embargo, la electricidad no puede detenerse. Por esta razón, Pablo nos dijo que lucháramos. En 1963 o 1964, un hermano de la Asamblea de los Hermanos vino de los Estados Unidos a Taiwán. En Taichung conoció a un misionero occidental que también estaba en la Asamblea de los Hermanos. Cuando empezaron a conversar, él comparó la obra misionera de la Asamblea de los Hermanos allí a una gota de agua en la punta de los dedos, y nuestra obra en Taiwán a un balde lleno de agua. Este hermano le dijo que nadie podía aventajarnos en la carrera, y que nadie luchaba tanto como nosotros.

Yo he estado laborando en los Estados Unidos por veintitrés años, y nunca me he tomado vacaciones. Esto les sorprende a los estadounidenses. Ya sea que estudien o trabajen, los estadounidenses salen de vacaciones varias veces al año. Es por eso que me consideran una persona muy extraña, porque trabajo todo el día sin parar y nunca hago planes de tomarme vacaciones. Cuanto más leo el Nuevo Testamento, más me pregunto si Pablo alguna vez se tomó unas vacaciones. Y aunque estuviera de vacaciones externamente, no podía estar de vacaciones internamente. Él dijo que lo que se agolpaba sobre él cada día era la preocupación por todas las iglesias (2 Co. 11:28). Este pasaje de las Escrituras no sólo nos alienta, sino que sobre todo nos indica el camino a seguir, mostrándonos que Pablo no sólo tenía un tesoro, sino que este tesoro se había convertido en un inmenso poder en él. En particular nos mostró que él era alguien que luchaba. Si nosotros saliéramos de vacaciones, este poder que opera nos abandonaría. Por esta razón, aunque tenemos un poder que opera en nuestro interior, aún tenemos que esforzarnos por luchar y contender. No debemos temer la oposición. Lo único que debemos hacer es llevar el tesoro con nosotros y luchar día y noche para presentárselo a otros.

Pablo dice en 2 Corintios 4:7 que él tenía un tesoro en su interior. Este tesoro que estaba en él no estaba inactivo ni latente, sino que operaba en él; era un poder que actuaba. La palabra dinamo, la cual proviene de la palabra griega traducida “poder”, se usa para describir la fuerza con la que opera la electricidad. Esto indica que el tesoro que está en nosotros está lleno de energía. Sin embargo, Pablo dice que, a pesar de ello, necesitaba luchar para presentar este tesoro a otros. Todos hemos leído las catorce epístolas escritas por él, las cuales revelan las maravillosas riquezas de la verdad. Sin embargo, el proceso que requirió escribir estas catorce Epístolas implicaba mucha labor y dificultades. Podemos comparar esta labor a cómo operan las joyerías y tiendas de jade en Hong Kong. Estas tiendas pueden estar llenas de joyas preciosas, pero si el dueño de la tienda fuera perezoso, y tuviera la tienda desordenada, nadie querría entrar allí para comprar joyas. Así que, el dueño de la tienda aún tiene que arreglar la tienda de tal manera que se vea elegante y de buen gusto, y exhiba los tesoros de manera que los demás vean que son de gran valor. Todo esto exige mucho tiempo y esfuerzo.

Laborar y luchar en cada localidad

No debemos tener temor de las dificultades al servir en cada localidad, porque tenemos el tesoro. Si añadimos al tesoro nuestra labor y nuestra lucha, estoy seguro de que toda la tierra será nuestra. Cierto hermano de ascendencia judía, después de ser ganado por el Señor, viajó no sólo por todos los Estados Unidos, sino también a Taiwán. Él no temía afrontar ninguna oposición. Todo lo que hizo fue llevar el tesoro con él fielmente e ir a todo lugar para presentárselo a los demás. Muchas personas vieron la manera en que luchaba y, como resultado, ganó a muchos jóvenes. No importa cuán difícil sea el entorno. La clave para conseguir el éxito consiste primeramente en tener el tesoro y el poder que opera en nosotros y, en segundo lugar, depende de si estamos dispuestos o no a laborar y luchar. Si tenemos los dos factores que acabamos de mencionar, seremos exitosos, no importa a qué parte del mundo vayamos.

Hemos contactado a muchas personas en los Estados Unidos. En particular, cuando hablamos con los opositores, ellos consideran que no hay mucho que puedan hacernos. Esto se debe a que de forma absoluta hemos tomado la decisión, no de agradar al cristianismo, sino de ceñirnos a las verdades bíblicas y divulgarlas. Hoy en día, muchos en el cristianismo tanto en el Lejano Oriente como en los Estados Unidos usan nuestros materiales para predicar sus mensajes. Ellos reconocen que ninguno de los estudios expositivos de la Biblia de hoy supera al de las iglesias locales.

Para el tiempo en que Pablo salió a predicar el evangelio, el Señor había usado el Imperio romano para abrir la región de los alrededores del Medio Oriente. En aquel entonces una persona como Pablo podía viajar a cualquier lugar siempre y cuando fuera un ciudadano romano. De igual manera el mundo, después de pasar por las dos guerras mundiales, ha sido completamente abierto. Además, en tanto que una persona sepa hablar inglés, puede ir a casi cualquier lugar del mundo. Esto nos muestra que el Señor ha preparado el ambiente. Ahora Él necesita de un pueblo que coopere con Él. Mientras llevemos el tesoro con nosotros, tal como la Versión Recobro del Nuevo Testamento, y añadamos a él nuestra labor y lucha, ciertamente seremos exitosos.

Quienes sirven a tiempo completo en diferentes localidades deben continuar saliendo a tocar a las puertas, ganando al menos a una persona cada semana. La suma de esto nos dará cuatro personas al final de cada mes. De este modo, habrá cinco personas que podrán empezar una reunión. Ésta es la manera más rápida de levantar iglesias. Con respecto a las finanzas, no debemos esperar a recibir el suministro de los demás. Jamás debemos depender de otros, sino más bien ganar el sustento con nuestras dos manos trabajando en algo sencillo. Hoy en día, hay muchas iglesias en el recobro del Señor, y ellas no lo abandonarán a usted, pero no debe tener la intención de depender de ellas. En lugar de ello, debe laborar y luchar. Esto con el tiempo producirá resultados.

Como todos sabemos, la vida y la muerte no están en nuestras manos. Incluso un hombre fuerte quizás no viva lo suficiente para ver otro día. Por esta razón, debemos esforzarnos por laborar más para el Señor hoy. Una persona holgazana no ganará nada, pero si somos diligentes y aprovechamos el tiempo, las oportunidades y el éxito estarán en nuestras manos. Todos tenemos el tesoro y el gran poder dentro de nosotros. Lo que necesitamos ahora no es llevar una vida en el “paraíso”, sino más bien ir a las diferentes localidades a laborar, a luchar, a forjar el misterio de Dios en otros y a permitir que el misterio de Cristo brille.

(Llevar fruto que permanece, tomo 2, capítulo 6, por Witness Lee)