Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, por Witness Lee

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CRISTO ES EL PAN DE LOS HIJOS Y LAS MIGAJAS BAJO LA MESA

Si no comemos, no podemos hacer nada. Hoy en día simplemente necesitamos comer a Cristo. Él es nuestra vida en la forma de alimento. Cristo vino y se presentó como el pan de vida. Un día una mujer cananea vino a Él, diciendo: “¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David!”. El Señor Jesús le respondió: “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” (Mt. 15:22, 26). Esto fue muy significativo. La mujer llamó al Señor Jesús, Hijo de David, un descendiente de la familia real, pero el Señor Jesús en Su respuesta indicó que Él era el pan de los hijos. El Señor parecía decir: “No consideres que Yo soy un descendiente de la realeza. He venido aquí para ser tu pan. Yo soy el pan de los hijos. Considérame de esta manera”. La mujer era inteligente e inmediatamente asumió su posición. Ella dijo: “Sí, Señor. Estás en lo correcto. Tú eres el pan de los hijos, y yo soy un perrillo gentil. Pero también los perrillos tienen su porción: las migajas bajo la mesa. Tú, Jesús, te encuentras ahora bajo la mesa. El travieso pueblo judío te ha quitado de la mesa. Ahora es mi turno. Tú estás como migajas en el piso de los gentiles para ser mi porción”. El concepto natural, humano y religioso es que Jesús es el Hijo de David, procedente de la familia real, incluso es el Rey. Sin embargo, el concepto divino es que Jesús, quien es el propio Dios, ha venido para ser nuestra vida en forma de alimento. Por consiguiente, necesitamos comerle a Él.

(Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, capítulo 5, por Witness Lee)