VENCER POR CAUSA DEL EDIFICIO
Vencer para ser transformados en materiales
que sirven para el edificio
Los vencedores, quienes comen de Jesús, son los materiales apropiados para el edificio de Dios. Apocalipsis 2:17 habla de una piedrecita blanca que tiene escrito un nombre nuevo. Años atrás yo no podía entender lo que esto significaba. Ahora sé que esto se refiere al material para el edificio. A lo largo de la Biblia las piedras son material de edificación. Cuando Simón vino al Señor Jesús, el Señor le dijo: “Yo también te digo, que tú eres Pedro” (Mt. 16:18). Pedro quiere decir “una piedra”. El Señor dijo que él ya no era Simón, sino Pedro, una piedra para la edificación de Su iglesia. Todos los vencedores son piedrecitas blancas que tienen un nombre nuevo. Su nombre es nuevo porque ellos han sido transformados. Primero, ellos eran de barro viejo, pero ahora están transformados para ser una piedra nueva.
Vencer para ser columnas en el templo de Dios
En Apocalipsis 3:12 el Señor Jesús dijo: “Al que venza, Yo lo haré columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí”. Los vencedores nunca salen del templo, porque han sido edificados en el mismo. Jamás podrán salirse de allí otra vez. En principio hoy ellos pueden salirse de cualquier denominación o de cualquier grupo, pero no pueden salirse de la iglesia. La piedra es para el edificio y la columna es parte del edificio. Si alguien me dice que yo soy una columna en la iglesia, yo estaré muy contento. Muchos de los hermanos hoy son columnas. Ellos nunca podrán salirse. ¡Aleluya, somos las columnas!
Vencer para ser uno con el Señor
y ser la Nueva Jerusalén
Los vencedores también son uno con el Señor. El versículo 12 continúa: “Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de Mi Dios, y Mi nombre nuevo”. El nombre del Señor estará sobre nosotros, el nombre de Dios estará sobre nosotros y el nombre de la Nueva Jerusalén estará sobre nosotros. Si yo le pongo a un hermano una etiqueta con su nombre, todos sabrán quién es él, pues lleva escrito cierto nombre. Que los vencedores lleven el nombre de Dios significa que ellos son uno con Dios. Ellos son hombres, pero portan el nombre de Dios. ¿Ellos son hombres, o son Dios? Ellos son hombres que son uno con Dios.
Si la esposa de un hombre no es uno con él, ¿cómo podría ella llevar el nombre de él? Si una mujer no es la Señora Jones, ella no puede llamarse la Señora Jones. Dado que ella lleva tal nombre, ella es la Señora Jones. Los vencedores llevan el nombre de Dios y el nombre de la ciudad nueva, porque ellos son la ciudad nueva. Si usted va a Chicago, usted verá un letrero que dice: “Chicago”. Esta ciudad lleva el nombre de Chicago porque es Chicago. Estos vencedores llevarán el nombre de la Nueva Jerusalén porque ellos son la Nueva Jerusalén.
Los vencedores también llevan “Mi nombre nuevo”, el nombre nuevo del Señor. En cierto sentido ellos experimentan un Señor nuevo, un Jesús nuevo, un Cristo nuevo. Recientemente, se me ha condenado por decir que los vencedores en el libro de Apocalipsis experimentan un Cristo que es diferente del Cristo que se experimenta en el cristianismo. En el Lejano Oriente alguien incluso se levantó para publicar un documento en el cual se me condenaba de herético porque dije que los vencedores disfrutan a un Cristo diferente. Si esto es herético o no, depende de cómo usted lo interprete. Sí, tenemos al mismo Jesús, pero el sabor que usted tiene de Él tal vez no sea tan bueno como el que yo tengo de Él. Aun cuarenta años atrás Jesús no era tan dulce para mí como lo es hoy. Hoy mi Jesús es verdaderamente un Jesús nuevo. Cada día Él es nuevo.
Tener el nombre nuevo del Señor significa que experimentamos algo nuevo del Señor. Un hermano puede haber sido salvo por varios años; ¿es su Jesús exactamente igual a como era Él hace tres años? No, Él debería ser mucho mejor. Esto no quiere decir que él tenga a dos “Jesús”. Él tiene al mismo Jesús, pero el sabor de Jesús es nuevo y mejor.
Vencer para ser co-reyes con Cristo
Los vencedores también se sentarán en el trono con Cristo para ser Sus co-reyes (2:26-27; 3:21). Cristo está en el trono, y ellos también estarán en el trono. Él tiene poder y autoridad, y ellos también tendrán el mismo poder y autoridad para gobernar sobre las naciones.
Vencer para ser la novia de Cristo
Como hemos visto, los vencedores son el hijo varón que cumple el propósito eterno de Dios. Finalmente, este hijo varón será la novia que satisface a Cristo (19:7-9). Para el enemigo y para cumplir el propósito de Dios nosotros somos el hijo varón, mientras que para satisfacer a Cristo nosotros somos Su novia. En Apocalipsis 17 Babilonia la Grande es la gran ramera y la madre de las rameras (vs. 1, 5). Ningún vencedor debe estar en el cristianismo actual. El cristianismo apóstata no es la novia; es la ramera, bien sea la madre ramera o las hijas rameras. El Señor dice a aquellos que están en Babilonia: “Salid de ella, pueblo Mío” (18:4).
La manera de ser los vencedores es comer a Jesús. Al comer, obtenemos el crecimiento y la transformación y somos útiles para el edificio de Dios. Somos algo nuevo y tenemos nuevas experiencias de Dios y del Señor. Entonces seremos los vencedores, el hijo varón y, a la postre, la novia que satisface a Cristo.
(
Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, capítulo 17, por Witness Lee)