Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, por Witness Lee

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LOS SANTOS LLAMADOS INVOCAN EL NOMBRE DEL SEÑOR

En el versículo 2 tenemos dos clases de llamamientos. Primero hemos sido llamados por el Señor; luego, tenemos que invocar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Somos los llamados, y también los que llaman o invocan. Hemos sido llamados para llamarlo a Él. Él nos ha llamado, y ahora nosotros le invocamos. Éste es un tráfico de doble vía. Somos los que le invocan con base en nuestra posición como los llamados. Si no fuésemos los llamados, nunca podríamos ser los que le invocan.

El Cristo a quien invocamos es “de ellos y nuestro”. Este Cristo es mío, y este Cristo es suyo. Si yo digo: “Cristo es mío”, usted tiene que decir: “¡Cristo es mío también!”. Esto es muy significativo. Debemos subrayar esta frase del versículo 2. Éste es el único pasaje en toda la Biblia donde aparece esta frase. Los libros de Efesios y Romanos son maravillosos y excelentes, pero ninguno de estos dos libros contiene la frase de ellos y nuestro.

(Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, capítulo 7, por Witness Lee)