Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, por Witness Lee

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LA PROMESA DADA A LOS VENCEDORES DE QUE ELLOS COMERÍAN

En un sentido positivo, el Señor Jesús menciona el hecho de comer de Él al menos tres veces. Apocalipsis 2:7 dice: “Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida”. Esta promesa del Señor nos trae de regreso al principio narrado en Génesis 2. Éste es el recobro genuino del Señor. En el huerto del Edén, no había ninguna enseñanza; ni siquiera había una Biblia de treinta y nueve más veintisiete libros. Lo que se hallaba al principio en el huerto era el árbol de la vida.

Los vencedores son quienes vencen todas las enseñanzas, aquellos que dejan todas las enseñanzas para volverse a Jesús. El Señor Jesús prometió a los vencedores que comerían del árbol de la vida. Luego también dijo: “Al que venza, daré a comer del maná escondido” (Ap. 2:17). El maná escondido es mucho mejor que el antiguo maná. El antiguo maná estaba abierto al público, pero el Señor da el maná escondido. Este maná no es público, ni visible; se da en privado a los vencedores. Por último, el Señor Jesús dijo: “Si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (3:20). Cenar equivale a disfrutar de un banquete. Estos versículos hablan de comer del árbol de la vida, de comer el maná escondido y de disfrutar de un banquete con el Señor Jesús.

Después de leer Apocalipsis 2 y 3, ¿estará usted todavía a favor de las enseñanzas? Puede ser que usted diga que no, pero después de un corto tiempo tal vez llegue a su ciudad cierto doctor, un gran orador mundialmente famoso. ¿Irá usted a escucharle? En 2 Timoteo 4:3 se nos dice: “Vendrá tiempo cuando no soportarán la sana enseñanza, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias”. Este versículo habla no sólo de uno o dos maestros, sino de un montón de maestros. Ésta es exactamente la situación del cristianismo actual. No muchos se interesan por la palabra sana; más bien, a la mayoría les gusta tener un montón de maestros para satisfacer su comezón de oír.

(Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, capítulo 17, por Witness Lee)