Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, por Witness Lee

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LA TRANSFORMACIÓN NOS HACE APTOS PARA EL EDIFICIO

Si somos llenos en nuestro espíritu, seguramente experimentaremos el fluir desbordante que penetra en nuestra mente. Este fluir desbordante saturará nuestra mente y nuestra parte emotiva. Esto no es una corrección proveniente del exterior, sino una saturación proveniente de nuestro interior. Éste es el verdadero cambio, un cambio en nuestra naturaleza, un cambio en nuestra manera de ser, y ésta es la santificación subjetiva apropiada. Originalmente, nuestra mente, parte emotiva y voluntad estaban lodosas, pero ahora nuestra mente está llegando a ser oro, nuestra parte emotiva está llegando a ser perla y nuestra voluntad se está convirtiendo en una piedra preciosa. Esto nos hace aptos, nos hace idóneos, para el edificio.

Aquí en este país en los años recién pasados, por la misericordia de Dios hemos visto el oro, las perlas y las piedras preciosas. Muchas personas que han visitado la iglesia en Los Ángeles han testificado que allí el punto más notable, inspirador y convincente es que se come a Cristo. A veces se reúnen cientos de personas juntas, pero no se puede encontrar entre ellas ni un indicio de opiniones diferentes. La unidad está allí debido a que la mente llena de lodo ha sido absorbida por la presencia de Jesús, la terrible parte emotiva ha sido transformada por el elemento de Cristo y la voluntad tenaz también ha sido transformada. Esto es perfectamente apropiado para el edificio. Para que la iglesia en su localidad sea cabalmente edificada, todos los queridos santos deben centrar toda su atención en comer a Cristo. No se interesen por las enseñanzas. Antes bien, coman a Cristo, invoquen al Señor, inhálenle a Él y coman de la Palabra al orar-leerla. Si hacemos esto, tendremos los dones verdaderos. Algunas personas nos preguntan si en nuestra reunión tenemos los dones. En realidad, tenemos muchos dones en la reunión. Todos debemos estar conscientes de que para edificar una iglesia local lo más crucial es tomar a Jesús como nuestra vida, esto es, comerle, beberle e inhalarle a Él. Entonces todas las piezas de barro serán transformadas.

(Disfrutar las riquezas de Cristo para la edificación de la iglesia como Cuerpo de Cristo, capítulo 6, por Witness Lee)