Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

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EL GOBIERNO DE DIOS LE HA SIDO CONFIADO A LA IGLESIA

Las disputas y las opiniones en una iglesia local son el resultado de las relaciones humanas y de la carne del hombre. Sin embargo, una iglesia en la que los santos son muy efusivos y están en armonía, pero que al mismo tiempo no comunica a otros el dominio o el gobierno de Dios, puede también contener únicamente el elemento humano y las cosas de los hombres. Es posible que no tenga el elemento de Dios. Es correcto que amemos, pero el amor debe ir acompañado de autoridad. El amor sin autoridad es levadura o miel; no proviene de Dios ni de la autoridad de Dios. El verdadero amor no es ni levadura ni miel, sino sal.

Cuando los santos en una iglesia local se aman unos a otros en Dios, los demás pueden percibir la autoridad de Dios. Podemos comparar esto a la sal que se añadía a la ofrenda de harina. La sal en la ofrenda de harina es algo de Dios y de la cruz; es algo eterno. No es levadura, la cual se corrompe, ni miel, la cual procede de nuestra parte emotiva. Detrás del verdadero amor está la autoridad. Siempre que alguien tenga contacto con este amor, tendrá contacto con la autoridad; y dondequiera que esté esta clase de amor, allí siempre estará la autoridad de Dios.

Los hermanos y hermanas pueden decir: “Todos nos amamos los unos a los otros, y la iglesia está llena de amor”. Sin embargo, si todo el mundo está contento y se conduce descuidadamente, esa clase de amor simplemente puede provenir de nuestra parte emotiva. El amor que es del espíritu y que procede del amor del Señor es la corporificación de la autoridad; dicho amor es la corporificación de la autoridad. Asimismo, cualquier expresión en la iglesia que sea apropiada debe también ser la corporificación de la autoridad.

El hecho de que una iglesia sea normal o reúna los requisitos de Dios se pone a prueba por la autoridad; puede probarse por la presencia de la autoridad y el gobierno de Dios en la iglesia. Cuando las personas tienen contacto con dicha iglesia, ¿entran ellas en contacto con la autoridad de Dios y perciben que Dios está rigiendo y está en el trono, o perciben que allí gobierna la voluntad del hombre y las cosas del mundo? Esto es algo que pone a prueba a la iglesia. Muchas veces el fervor, el entusiasmo o incluso la obra por el Señor es lo que está “entronizado”. En la vida de iglesia a menudo percibimos estas cosas en lugar de percibir el dominio de Dios. Es únicamente cuando somos iluminados delante de Dios que verdaderamente vemos que el gobierno de Dios le ha sido confiado a la iglesia.

Debemos permitir que Dios gobierne en nuestra obra, en nuestro amor por los hermanos y hermanas, y en nuestro fervor por la vida de iglesia. Hay algo dentro de nosotros que fluye desde el trono celestial; este fluir introduce la autoridad de Dios en nuestro ser y entre nosotros. Así, cada vez que las personas tengan contacto con nosotros, deben tener contacto con el gobierno de Dios. Espero que todos podamos ver que esto es la iglesia; que ésta es la condición apropiada del Cuerpo de Cristo en la tierra. En esta condición tenemos la gloria y la imagen de Dios, y también podemos percibir la presencia de Dios.

Sin embargo, es posible que las personas no perciban la presencia de Dios cuando ven el fervor. Por ejemplo, podemos tener contacto con personas que laboran fervientemente y sirven diligentemente en la vida de iglesia, y aun así no percibir la presencia de Dios entre ellos. Creo que todos hemos tenido esta experiencia. Sin embargo, cada vez que tenemos contacto con la autoridad de Dios, de inmediato tenemos que inclinar nuestras cabezas y adorar al Señor, diciendo: “Señor, te adoro porque Tú estás aquí”. Cuando percibimos la autoridad, percibimos al Señor mismo. El fervor no puede representar al Señor, ni tampoco es el Señor. Todos debemos tener claro que la autoridad no sólo representa al Señor, sino que es el Señor mismo. La expresión normal de una iglesia incluye la presencia de la autoridad.

(Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, capítulo 2, por Witness Lee)