LA PLENITUD DE CRISTO
Todos sabemos que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, y que el Cuerpo está lleno de Cristo mismo. Cristo llena este Cuerpo al grado en que éste llega a ser la plenitud de Cristo. En la Biblia la frase la plenitud de Cristo es muy misteriosa. Muchos de nosotros nos hemos encontrado con esta frase cuando leemos la Biblia, pero tampoco sabemos ni entendemos lo que es la plenitud de Cristo en realidad.
Hay por lo menos tres pasajes de la Biblia que nos hablan de la plenitud de Cristo. En Juan 1:16 leemos: “Porque de Su plenitud recibimos todos”. Efesios 1:23 nos dice que la iglesia es la plenitud de Cristo. Luego Efesios 4:13 dice que la plenitud de Cristo tiene una medida y una estatura. La palabra griega traducida “plenitud” es muy enfática, pero lamentablemente, muchos traductores de la Biblia no han captado esto.
Hay otros dos pasajes de la Biblia que nos hablan de la plenitud de Dios. Efesios 3:19 dice: “Para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios”, y Colosenses 2:9 nos habla de “toda la plenitud de la Deidad”. La Versión Unión china es una traducción muy buena de la Biblia; sin embargo, carece de revelación espiritual en la manera en que tradujeron estos versículos. Como consecuencia, pasa por alto el verdadero significado del texto original. La Biblia habla tres veces de la plenitud de Cristo y dos veces de la plenitud de Dios. Ambas menciones de la plenitud de Dios están relacionadas con Cristo.
La Biblia primero nos habla de la plenitud de Dios en Efesios 3, que dice que cuando Cristo haga Su hogar en nuestros corazones, podremos comprender las dimensiones de la plenitud de Cristo. También nos dice que cuando conozcamos el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, seremos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Esto nos muestra que la plenitud de Dios y la plenitud de Cristo son inseparables. Colosenses 2:9 dice: “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Esto nos muestra claramente que la plenitud en Cristo es la plenitud de Dios. La plenitud de Cristo no es algo aparte de la plenitud de Dios. La plenitud que está en Cristo es la plenitud de Dios; en otras palabras, la plenitud de Dios está en Cristo.
El libro de Efesios nos habla de algo en el universo que es llamado la plenitud de Cristo, y que la plenitud de Cristo es la iglesia. La iglesia es la plenitud de Cristo; y como tal, la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Sin la plenitud, no puede existir el Cuerpo, pues el Cuerpo es la plenitud. En otras palabras, la iglesia es el desbordamiento de Cristo.
Todos nosotros somos descendientes de Adán. Si alguien nos preguntara cuál es el tamaño de la familia de Adán, diríamos que es muy numerosa porque todos proceden de Adán y son Adán. Podríamos afirmar que la humanidad es la plenitud de Adán, el desbordamiento de Adán; todos los seres humanos son hijos de Adán, son sus descendientes. Adán fue un hombre que vivió en el huerto del Edén hace seis mil años; sin embargo, él tiene una plenitud; sus descendientes son su plenitud.
Tal vez alguien quiera llamarse chino o estadounidense; sin embargo, independientemente de si es chino o estadounidense, es un hombre en el mundo. Si conocemos la verdad, reconoceremos que somos descendientes de Adán, una pequeña parte de la plenitud de Adán, del desbordamiento de Adán. Si tenemos descendientes, ellos serán nuestra plenitud, así como los descendientes de Adán son la plenitud de Adán. No sólo somos iguales a Adán, sino que somos Adán. Así que, hablando con propiedad, es equivocado adoptar apellidos como Chang, Wang, Lee o Liu, sino que debemos apellidarnos Adán, puesto que cada uno de nosotros es Adán y todos somos el desbordamiento de Adán. Todas las personas de todos los siglos son el desbordamiento de Adán; este Adán, por tanto, es muy grande.
Sin embargo, Adán era sólo un tipo, una miniatura, de Cristo. Cristo es la realidad del tipo de Adán. Si la vida creada de Adán tiene un desbordamiento de tantos descendientes y es tal plenitud, ¡cuánto más la vida increada de Cristo será ilimitada e inconmensurable en Su plenitud!
(Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, capítulo 7, por Witness Lee)