Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LA COMUNIÓN DEL CUERPO RESUELVE Y ELIMINA NUESTRAS DIFICULTADES

En cierta ocasión un hermano testificó que había ayunado y orado con respecto a una situación difícil y una carga que sentía en su interior. Sin embargo, después de dos semanas, la situación no había cambiado y la carga no le había sido quitada. Él pensaba que puesto que era su problema, tenía que invertir más tiempo para darle solución delante del Señor. Pero después de que pasaron una o dos semanas más, nada cambió. Entonces fue a una reunión de oración en la cual un hermano pidió un himno que dice: “Muy dentro, en las profundidades de Tu nombre”. Este himno no tenía nada que ver con su situación; sin embargo, algo maravilloso sucedió. Mientras todos cantaban, de repente recibió luz y claridad; la dificultad desapareció y la carga le fue quitada. Si le preguntáramos a este hermano qué fue lo que sucedió, estaría perplejo y no sería capaz de explicárnoslo; sin embargo, la dificultad que él tenía había desaparecido.

Otro hermano tenía una debilidad, un pecado, que no podía vencer. Él intentó vencerlo repetidas veces delante del Señor con ayuno y oración. A pesar de todo el esfuerzo, nada parecía ayudar. De hecho, parecía que cuanto más trataba de vencerlo, más profundo se arraigaba el pecado; cuanto más trataba de combatirlo, más atado y enredado se encontraba. Más tarde, tuvo comunión con algunos hermanos, y les contó que tenía una debilidad, un pecado que lo enredaba y que no podía ser libre, y luego les pidió su ayuda. Mientras tenía comunión, algo maravilloso sucedió; el pecado se fue. Después de que estos hermanos lo escucharon y mientras ellos aún estaban perplejos, pues no sabían cómo ayudarlo debido a su falta de experiencia, este hermano dijo: “Hermanos, ya no necesito ayuda. Démosle gracias al Señor y alabémosle porque esta dificultad ha desaparecido”. Esto muestra que la vida del Cuerpo se había llevado la dificultad de aquel hermano.

Aunque no soy doctor ni entiendo mucho de biología, fisiología ni bacteriología, sí entiendo un poco lo relacionado con la circulación de la sangre. El principio que aplica la medicina occidental para tratar una enfermedad externa consiste principalmente en cortarla para eliminarla, y para tratar una enfermedad interna consiste principalmente en matar los gérmenes. Sin embargo, los doctores chinos no recomiendan ni cortar ni matar los gérmenes, sino que más bien ayudan a que la sangre circule en el cuerpo. Esto es maravilloso. Cuando la circulación del cuerpo mejora, todas las enfermedades desaparecen. Esto tiene su lógica.

Por ejemplo, algunas veces las alcantarillas de la ciudad se llenan de lodo, y el agua no puede fluir libremente. Sin embargo, si una corriente fuerte y poderosa es enviada por las alcantarillas, todas las “enfermedades” serán eliminadas, es decir, el lodo y las demás cosas serán expulsadas. Los doctores que practican la medicina china a menudo hablan de bloqueos en los puntos donde pasa la energía vital y la sangre. Ellos usan diferentes tratamientos para limpiar los vasos sanguíneos y despejar las vías por donde pasa la energía vital. Cuando todo queda despejado, el flujo corre libremente en el cuerpo. Como consecuencia, hay una excelente circulación sanguínea que se lleva y desecha todo lo que no debe estar en el cuerpo, y de este modo, todas las enfermedades son eliminadas.

Esto también se aplica a nuestra experiencia espiritual. Cuando nos encontramos con dificultades, a menudo le pedimos al Señor que nos haga una “cirugía” y mate todos los “gérmenes” en nosotros, pero eso no funciona. No es sino hasta que tenemos más comunión con los hijos de Dios que el fluir aumenta en nosotros, que nuestras dificultades desaparecen y los “gérmenes” son eliminados. En esto consiste la comunión del Cuerpo, y ésta es la función que la comunión del Cuerpo cumple.

(Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, capítulo 19, por Witness Lee)