LA ÚNICA OBRA QUE DIOS REALIZA EN EL UNIVERSO
Por la misericordia del Señor hemos visto un poco en cuanto a la obra de edificación que Dios realiza. Esto no es algo insignificante, ni tampoco es simplemente cuestión de conocer una doctrina ni de estudiar la Biblia. Hemos tocado un tema de gran trascendencia, el cual es, la obra de edificación que Dios lleva a cabo en el universo. Ésta es una gran obra. Cuando vi esto por primera vez, me postré delante del Señor y le dije: “Señor, esto es muy grandioso. No puedo hacer esta obra ni hablar acerca de ella”. El gran Dios eterno e infinito está llevando a cabo una obra de edificación en el universo. Esta edificación es lo único que Él desea en el universo.
Aunque la creación es algo grandioso, simplemente constituye la preparación para la obra de edificación de Dios. Si el trabajo de preparación es grandioso, ¿cuánto más grandiosa será la obra de edificación? Ésta es la razón por la cual decimos que la edificación es un gran tema. Nunca debemos pensar que la edificación es sólo una doctrina o meramente un conocimiento bíblico. Tenemos que darnos cuenta de que la edificación es un asunto importantísimo en el universo. Nos fue concedida misericordia para ser parte de esta obra de edificación; somos parte de esta obra y también somos obreros en esta obra. Tal vez nuestro sentir acerca de la edificación no es muy fuerte; sin embargo, nuestra obra no debe realizarse según nuestros sentimientos, sino según el hecho de que es la obra de Dios. Todos debemos saber que Dios tiene una gran obra; Dios está edificando una morada en el universo, y nosotros participamos en ella.
En lo profundo de mi ser siento que no soy digno de hablar acerca de esta obra tan grande; no sólo soy una persona insignificante, sino que mi entendimiento en cuanto a esta obra es limitado, y mi función en esta obra lo es aún menor. Sin embargo, siento que debo hablarles a todos los hijos de Dios acerca de este asunto porque Dios ha abierto mis ojos y me ha mostrado algo. Aunque no he visto mucho, lo que he visto hace que mi corazón se duela y sienta una pesada carga dentro de mí. Si por la misericordia de Dios vemos la edificación y luego comparamos la edificación con nuestra condición y con la condición del resto del cristianismo, no podremos contener las lágrimas. Únicamente el Señor mismo podrá hacernos sentir gozosos.
Si observamos de cerca la condición del cristianismo y la situación que impera entre nosotros, nos lamentaremos profundamente, debido a que no vemos el edificio de Dios. En lugar de ello, vemos principalmente obras humanas, discusiones humanas, actividades humanas, el fervor humano y el servicio humano, pero vemos muy poco del edificio de Dios. Como resultado, la visión del edificio es una carga muy pesada que llevamos dentro de nosotros. Es muy difícil para nosotros hablar acerca de la edificación, y cuando hablamos de ello, parece que estuviéramos condenando a los demás porque nuestras palabras contradicen a otros e invalidan todo lo que ellos han hecho. Sin embargo, esto no tiene que ver con invalidar ni con confirmar, sino con el hecho de si nuestra obra y nuestro vivir son parte del edificio de Dios. Éste es un asunto muy serio que no depende de nuestra perfección ni de nuestra bondad, ni siquiera de nuestra espiritualidad. Nuestras virtudes, tales como la diligencia y la mansedumbre, no tienen ningún valor; la clave es si en nosotros y entre nosotros está el edificio de Dios.
Sólo la mezcla con Dios, la edificación de Dios, es el Cuerpo de Cristo, la iglesia. Si no tenemos el edificio de Dios, tendremos la iglesia sólo de nombre pero no en realidad. Aun cuando nos reunamos sobre el terreno de la iglesia, no tendremos la realidad de la iglesia. Todo depende del edificio de Dios. Únicamente Dios mezclado con el hombre y edificado en el hombre es el edificio de Dios, el Cuerpo de Cristo, la iglesia.
(Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, capítulo 6, por Witness Lee)