LA CONSUMACIÓN MÁXIMA DEL HOMBRE CORPORATIVO: LA NUEVA JERUSALÉN
Quiera Dios mostrarnos que el primer paso que Él dio entre los hombres fue crear al hombre, que el segundo paso consistió en entrar en el hombre y que el tercer paso consistió en producir la iglesia por medio de la muerte y la resurrección. Esta iglesia fue creada por Dios, recibió a Dios en su interior y fue producida por Dios. El primer paso fue crear, el segundo fue entrar y el tercero fue producir. Después de haber dado estos tres pasos, Dios ahora puede ganar a un grupo de personas para que sean un solo Cuerpo, un solo pan; además este pan, este Cuerpo, es la iglesia. Esto es lo que Dios desea ganar en el universo.
Consideremos ahora la línea temática de la autoridad en la Biblia. En Génesis 1 Dios le dio a Adán autoridad. Sin embargo, Adán fracasó y perdió esta autoridad, pero Dios no se detuvo allí. Finalmente, en el salmo 8, Dios una vez más habló acerca del hombre y del asunto de la autoridad (vs. 4-8). Dios reiteró Su deseo de llevar a cabo Su propósito en el hombre. Hebreos 2 nos muestra que las palabras del salmo 8 se cumplieron. El propósito de Dios con respecto al hombre se llevó a cabo en el Señor Jesús. En el Señor Jesús como hombre, la autoridad de Dios fue expresada.
Hebreos 2:8 dice que todas las cosas fueron sujetadas bajo los pies de Cristo. Efesios 1:22 nos muestra que Dios sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, en la iglesia. Al leer este versículo vemos que la autoridad ha llegado a la iglesia, la cual no son muchos individuos, sino una sola entidad corporativa, un solo Cuerpo. Este Cuerpo es producido a partir de Adán y por medio de Cristo. Por lo tanto, Hebreos 2 continúa diciendo que Él gustó la muerte por todas las cosas, a fin de llevar muchos hijos a la gloria, y que aquellos que Él llevará a la gloria son Sus hermanos; estos muchos hermanos son los constituyentes de la iglesia (vs. 9-12).
El hombre que Dios creó en Génesis 1 no era un solo individuo, sino un hombre corporativo. En el Nuevo Testamento este hombre corporativo es la iglesia. Cuando la iglesia fue producida, llegó a existir un hombre corporativo que tiene la imagen de Dios y reina por Dios.
Podemos decir que todavía falta el paso final en relación con la obra de Dios: la manifestación de la ciudad santa, la Nueva Jerusalén. Todos aquellos que conocen la Biblia saben que la manifestación de la ciudad santa no es algo que Dios logrará aparte de la iglesia, sino que más bien se trata de la consumación de la iglesia, el conjunto total de la iglesia que se obtendrá al final. Toda la obra que Dios realiza tiene como objetivo esta ciudad. La meta de todo lo que Dios ha hecho es producir esta ciudad.
En la Biblia una ciudad denota un lugar de gobierno. Por ejemplo, en Babel los hombres se rebelaron contra la autoridad de Dios y quisieron establecer su propia autoridad; por esta razón, se levantaron y edificaron la ciudad de Babel. La ciudad de Babel no sólo revela la clase de vida que el hombre se proveyó para sí mismo, sino también la autoridad que el hombre estableció por su propia cuenta (Gn. 11:1-9). De la misma manera, cuando la autoridad de Dios se establece en aquellos que son salvos, aparecerá una ciudad, y esa ciudad será la Nueva Jerusalén (Ap. 22:2-3, 10-11; 22:1-2). Sin duda alguna, una ciudad denota un lugar de gobierno. Así que la ciudad más grande representa a la autoridad más grande. El rey de Babilonia dijo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?” (Dn. 4:30). Él dijo esto para hacer alarde de la gran autoridad que tenía. La obra que Dios realiza sobre la tierra o en el universo siempre ha sido la de edificar una ciudad, es decir, la de establecer Su autoridad. Por lo tanto, Apocalipsis dice que cuando la Nueva Jerusalén se manifieste, la autoridad de Dios será plenamente establecida, y entonces nosotros reinaremos por los siglos de los siglos (Ap. 22:5).
Además, esta ciudad está mezclada con Dios; Dios es la vida y la naturaleza interna y la gloria que se expresa externamente (21:22-23). El resultado final del hombre que Dios creó en Génesis 1 debe ser autoridad y gloria. Este resultado no debe ser muchos individuos sino una ciudad, el resultado debe ser un hombre corporativo. Esperamos que todos los hijos de Dios vean que Dios desea ganar un hombre corporativo. Finalmente, este hombre corporativo se expresará en la iglesia.
(Iglesia como el Cuerpo de Cristo, La, capítulo 1, por Witness Lee)