III. LA BASE PARA DAR RESOLUCION AL PASADO
Dar resolución al pasado no está basado en la demanda de regulaciones externas, sino en el sentir de vida interno. Aunque hemos señalado previamente cuatro asuntos que sin lugar a dudas tenemos que terminar; sin embargo, éstos sólo nos ayudan a reconocer principios. Estas no son reglas que nos exigen que pongamos fin a tales asuntos. Cuando ponemos en práctica esto de dar resolución al pasado, en realidad aquello a lo que hay que poner término depende del sentir de vida interno. Por consiguiente, el sentir de vida interno es la base para que solucionemos el problema de nuestro pasado.
Sabemos que todas las religiones del mundo están estructuradas según sus diferentes preceptos religiosos. Sus seguidores viven y se comportan de acuerdo a esas reglas. Pero la salvación del Señor no es así. La salvación del Señor, mediante la regeneración del Espíritu Santo, nos da una nueva vida. Puesto que tenemos esta nueva vida, podemos vivir y comportarnos en la presencia de Dios, por medio del sentir de esta nueva vida. Este es el principio de todo nuestro vivir como cristianos. La resolución de nuestra vida pasada también está basada en este principio. Cuando una persona es regenerada y obtiene la vida de Dios, esta vida se mueve dentro de ella haciéndole que sienta que en su pasado ha habido muchos actos injustos, impropios y malignos, y que todos estos asuntos y toda su vieja manera de vivir son totalmente incompatibles con su estado actual de cristiano. Así que él procede a solucionar el problema de su vida pasada, de acuerdo con este sentir interno.
Los ejemplos de Zaqueo y de los cristianos efesios, que pusieron fin a su pasado, nos muestran que ni el Señor Jesús ni el apóstol Pablo enseñaron expresamente ninguna cosa en cuanto a tratar con el pasado; ellos no dieron ninguna regla que dijera lo que uno tiene que hacer para terminar con su pasado. La “finalización” de Zaqueo y de los cristianos de Efeso fue tal que cuando la salvación del Señor vino a ellos y la vida del Señor entró en ellos, tuvieron cierto sentir hacia las cosas injustas e impuras del pasado y hacia su vieja manera de vivir; por lo tanto, ellos le dieron fin a todo aquello. Su “finalización” prueba que este asunto no está basado en reglas ni enseñanzas externas, sino en el sentir de vida interno.
Sin embargo, al principio de nuestra salvación, no siempre nos damos cuenta de todas las cosas a las que debemos dar fin. A pesar de que hay muchos asuntos que necesitan ser solucionados, aún así, sólo estamos conscientes de una parte de ellos. En todo caso, tenemos que poner fin a la parte de la cual estamos conscientes. De todos modos, a cualquier cosa de la cual estemos conscientes, debemos ponerle fin. El alcance del sentir de nuestra conciencia debe ser el límite de lo que solucionemos. En cuanto a aquellas cosas de las cuales aún no estamos conscientes, sólo necesitamos avanzar y crecer en la vida del Señor; en el futuro, el Señor hará que nosotros naturalmente lo sintamos. En ese entonces, habrá más trato y habrá más limpieza.
Una vez había una hermana avanzada en años en cuya casa había dos cosas: una pantalla de una lámpara, hecha de seda con un dragón bordado, y un juego de té con un diseño de dragón impreso. Mucho después de haber experimentado la salvación, ella no sentía nada en relación a ésta. Entonces fue alumbrada por el Señor y tuvo un profundo sentir interno hacia esas cosas. Ella no tenía paz cada vez que veía estos artículos con diseños de dragón. Más tarde procedió a destruirlos de acuerdo a su sentir interior.
De igual forma, había un hermano que tenía una fábrica de tejidos, especializada en la confección de ropa de dormir con diseños de dragón. Al principio, él no tenía ningún sentir al respecto. Luego, un día, repentinamente me dijo: “Hermano Lee, creo que no puedo continuar operando mi fábrica. Yo soy cristiano. ¿Cómo puedo continuar vendiendo ropa con diseños de dragón?” El procedió a cambiar de negocio según ese sentir.
Estos dos ejemplos muestran cómo estas personas originalmente vivían en medio de cosas impuras sin preocuparse en absoluto por ello. Un día, por causa de su amor al Señor y de seguirle y permitir que la vida de El se moviera activamente en ellos, sintieron la necesidad de quitar de en medio estos asuntos. Como correspondía, ellos obedecieron el sentir interno y dieron fin a su pasado. Esto prueba que la base para deshacerse del pasado es el sentir interno de vida.
Puesto que la conclusión de nuestro pasado está basada en el sentir de vida interno, debemos continuar asiéndonos a este principio cuando estamos dirigiendo a otros a terminar con el pasado. Nunca les establezcamos ninguna regla externa para enseñarles que deben terminar con esto o con aquello; más bien procuremos despertar el sentir de vida interno y dirigirles a ese sentir. Necesitamos primero hacer que otros sepan que la vida de Dios está dentro de ellos y guiarlos a que conozcan el sentir de vida. Luego, en segundo lugar, con la ayuda del ministerio de la Palabra, literatura espiritual y los testimonios de otros santos respecto a la terminación de su vida pasada, hagan que ellos tengan algún sentir o un sentir más profundo con respecto a lo que necesita ser terminado en su propia vida pasada. Una vez que este sentir ha comenzado y se ha profundizado en ellos, podemos guiarlos a que den resolución a su vida pasada de acuerdo con su propio sentir. Esta forma de despejar el camino está de acuerdo con el principio de la salvación del Señor y puede ayudar a otros a crecer verdaderamente en vida.
(
Experiencia de vida, La, capítulo 2, por Witness Lee)