LA CLAVE PARA PREDICAR EL EVANGELIO
Tener “piel gruesa”
A fin de ser predicadores del evangelio, tenemos que aprender algunos puntos. Primero, debemos tener “piel gruesa”. Si consideramos esto seriamente, veremos que todos aquellos que han sido capaces de llevar fruto para el evangelio han tenido piel gruesa. Las personas que son sensibles no pueden predicar el evangelio, y mucho menos ser fructíferas. A fin de tener el impacto del evangelio, debemos tener una “piel más gruesa que la de la planta de nuestros pies”. No sólo eso, sino que mientras prediquemos el evangelio debemos tener un rostro como bronce. Si no tenemos un rostro como bronce, no podemos predicar el evangelio. Yo no era un predicador del evangelio por naturaleza, pero debido a la misericordia del Señor, fui obligado a salir de mi vieja naturaleza para llegar a ser un “loco” predicador del evangelio para el Señor. Hace cuarenta años, de 1940 a 1943, yo era un verdadero “fanático del evangelio” que predicaba el evangelio apasionadamente para el Señor.
Hablar con la boca bien abierta
El segundo punto que tenemos que aprender en la predicación del evangelio es que debemos abrir bien nuestra boca para hablar en todo lugar. Ni siquiera importa si usted habla ferozmente; siempre y cuando sea el evangelio, habrá efecto. Si usted tiene la intención de convencer a las personas al razonar y, por lo tanto, habla apropiadamente con elocuencia y persuasión, usted tendrá la tendencia de matarles con sus palabras. En los últimos cincuenta años en China, el predicador más eficaz fue el Dr. John Sung. Yo oí su predicación. Mientras predicaba el evangelio, a veces saltaba de la plataforma al suelo y luego utilizaba a alguien como peldaño para subir de nuevo a la plataforma. Sus mensajes no seguían orden lógico alguno. A veces él les gritaba a las personas y las regañaba, y en ocasiones incluso hacía ruidos extraños en su hablar. No obstante, su predicación del evangelio era muy eficaz.
Liberar el espíritu
El tercer punto que necesitamos aprender en la predicación del evangelio es la liberación del espíritu. A fin de predicar el evangelio, usted debe tener un espíritu tan liberado y fuerte, que si usted se enfrentara al diablo, le convencería a que reciba el evangelio. Éste es el espíritu del evangelio.
Éstos son los tres puntos relacionados con el evangelio: tener piel gruesa, una boca abierta y un espíritu liberado. Usted no debería ser tímido. Algunos hermanos son tan “poco varoniles” en su predicación del evangelio que parecen ser más femeninos que las mujeres. Ellos son tímidos y están nerviosos por todo. En particular, tienen temor de ofender a otros. Su predicación del evangelio está destinada al fracaso.
(
Levantarnos para predicar el evangelio, capítulo 1, por Witness Lee)