Levantarnos para predicar el evangelio, por Witness Lee

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SER SALVOS CONSISTE EN RECIBIR AL ESPÍRITU SANTO EN DOS ASPECTOS

Ahora queremos ver lo que significa ser salvos. En última instancia ser salvos es recibir al Espíritu. En el día de Pentecostés, aquellos que fueron conmovidos por la predicación de Pedro preguntaron: “¿Qué haremos?”. Pedro les dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno [...] para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2:37-38). Arrepentirse, ser bautizados y recibir al Espíritu Santo es lo que significa ser salvos. El Espíritu Santo que recibimos por medio de la salvación es el Dios Triuno. Él no solamente ha de ser nuestra vida, sino también nuestro poder.

En un sentido doctrinal, recibir al Espíritu conlleva dos aspectos. Sin embargo, hablando en términos de experiencia, los dos aspectos no están en secuencia. Que una persona sea salva no significa que primero tiene la experiencia de Juan 20 en la cual recibe al Espíritu de vida como aliento soplado en su interior y luego tiene que esperar hasta otro día para que el Espíritu de poder descienda sobre él. En doctrina ésta es una secuencia de dos pasos, pero hoy en día en nuestra experiencia no es tan complicado. Esto se debe a que el Espíritu es un Espíritu completo, es decir, Él es el Espíritu de vida y también el Espíritu de poder. Cuando creemos en el Señor e invocamos Su nombre, somos salvos de inmediato, y el Señor como Espíritu entra en nosotros para ser nuestra vida y también desciende sobre nosotros para ser nuestro poder.

(Levantarnos para predicar el evangelio, capítulo 3, por Witness Lee)