VENIR E IR
En 1948 presenté un mensaje en Shanghái titulado “Venir e ir”. En aquel tiempo mi carga era muy pesada. El Señor dijo en Mateo 11:28: “Venid a Mí todos los que trabajáis arduamente y estáis cargados, y Yo os haré descansar”. Luego, en 28:19, Él dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”. Venir e ir es el vivir que los creyentes deberían tener. Venimos con aflicción; nos vamos con gozo. Venimos con nuestros pecados; nos vamos con gracia. Venimos con muerte; nos vamos con vida. Venimos con las manos vacías; nos vamos llenos ricamente de Dios. No sólo eso, sino que al venir somos salvos; al ir conducimos a otros a ser salvos. Al venir, recibimos gracia; al ir, impartimos gracia a otros. Al venir, derramamos nuestro dolor y nuestra aflicción; al ir, somos llenos de gozo y paz. En esto consiste el vivir normal de un creyente: en venir e ir.
La Biblia habla más de “ir” que de “venir”. Lamentablemente, la mayoría de los creyentes sólo le prestan atención a venir, tal como venir para ser salvos, venir para ser bautizados, venir al trono de Dios, venir a la reunión, venir para orar y venir para leer la Palabra. Sin embargo, ellos han descuidado el asunto de ir, tal como: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:19), “Id por todo el mundo y proclamad el evangelio” (Mr. 16:15), e “Id; he aquí Yo os envío” (Lc. 10:3). En Isaías 6 el Señor dijo: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por Nosotros?” (v. 8). Esto indica que casi nadie está dispuesto a ir por el Señor. Los creyentes que pueden y desean venir son pocos; quienes están dispuestos a ir y pueden ser útiles son aún menos. Por lo tanto, necesitamos ser recordados que no deberíamos ser un “creyente a medias”, sino un “creyente entero”; es decir, no deberíamos ser un creyente “que viene pero que no va”, sino un creyente “que viene y va”.
(Levantarnos para predicar el evangelio, capítulo 2, por Witness Lee)