LA OBRA DE HABLA CHINA EN LOS ESTADOS UNIDOS
Poco después de eso, Kennedy llegó a ser presidente de los Estados Unidos. Él propuso una revisión de la ley de inmigración para eliminar el discrimen racial. A cada país le sería dada una cuota de 20,000, pero el número total de inmigrantes no podía exceder los 300,000 anuales. De las Américas serían permitidos 130,000, mientras que de los otros cuatro continentes serían permitidos 170,000. Las solicitudes serían aprobadas en el orden en que se recibieron. En 1966 el Congreso aprobó la nueva ley de inmigración, y al año siguiente comenzó la implementación de la nueva ley. De ese año en adelante, cinco países han llegado a su cuota máxima cada año; estos países son China, India, Corea del Sur, las Filipinas y Grecia o Italia. Algunos de los países no llenaron sus cuotas, así que se les dio más oportunidades a los chinos para venir. Además, una gran cantidad de chinos con calificaciones especiales solicitaron entrar bajo otras categorías. Por ende, dentro de diecisiete años había aproximadamente 500,000 nuevos inmigrantes chinos. En 1982, cuando Reagan llegó a ser presidente, él sentía que los inmigrantes chinos tenían un muy buen desempeño en los Estados Unidos, así que les dio un trato especial que les otorgaba una doble porción: 20,000 para Taiwán y otros 20,000 para la China continental. De ahí en adelante, ha habido 40,000 nuevos inmigrantes chinos en los Estados Unidos cada año. Ahora mismo los chinos constituyen la mayor cantidad de inmigrantes que vienen a los Estados Unidos cada año.
La primera opción para residencia que tienen los inmigrantes chinos, que podría estar relacionada con el lugar donde viven sus parientes, es el sur de California, y su segunda opción es Nueva York. Entre los nuevos inmigrantes, muchos son cristianos, incluyendo los santos que están en el recobro. Como consecuencia de esto, hemos recibido la carga de comenzar una obra de habla china.
Hace veintitrés años, cuando recibí la carga de venir a los Estados Unidos, tenía muy claro en mi interior que el Señor no deseaba que yo obrase entre los inmigrantes chinos. Más bien, Él quería que yo trajese Su recobro a los estadounidenses típicos. Por lo tanto, concentré mi obra pionera entre estos estadounidenses. El Señor confirmó esto y bendijo nuestra obra enormemente. A partir de 1970, aunque fue evidente que definitivamente necesitábamos una obra de habla china, de todos modos no toqué este asunto. Esto se debe a que yo sabía que en cuanto yo prestase mi atención a la obra de habla china, la obra de habla inglesa sufriría pérdida. También, en principio, en cuanto la cantidad de chinos aumenta en las reuniones, los estadounidenses más típicos están renuentes a venir. Por ende, no era conveniente que yo tocase la obra de habla china. De este modo, nos faltaba una percepción aguda al respeto, y después de seis o siete años perdimos de quinientos a mil santos. Luego, comenzamos a tener la reunión de habla china, y hace dos años comenzamos la obra de habla china. Ahora el número de santos chinos se ha estabilizado, y están siendo ganados nuevos gradualmente.
El problema del idioma
Para resumir las distintas situaciones mencionadas anteriormente, no podemos llevar a cabo la obra de habla china del mismo modo que lo hicimos hace dos años. En aquel entonces yo consideraba que la obra de habla china era de naturaleza transitoria y que serviría como puente para aquellos que tenían un problema con el idioma. Cada año cuarenta mil chinos llegan a los Estados Unidos, y la mayoría de ellos no son diestros en el idioma inglés. Yo estudié esta situación y sentí que si muchos de los inmigrantes desean superar el problema del idioma, lo mejor sería que ellos vinieran a los Estados Unidos antes de los quince años de edad. Si vienen después de haberse graduado de la universidad, pueden estudiar, hacer negocios u obtener una licenciatura, pero de todos modos sentirán que tienen una desventaja en las reuniones. Ellos no pueden captar cabalmente el significado de los mensajes, y tampoco pueden expresarse libremente en oración. Si después de terminar la escuela intermedia, ellos vienen a los Estados Unidos para estudiar en la escuela secundaria y la universidad, después de siete años de aprender inglés, ellos tendrán justo lo suficiente para satisfacer las necesidades de la vida de iglesia.
Debemos reconocer que el idioma es un problema. Si los santos que emigraron aquí no pueden superar este problema dentro de los primeros tres o cinco años, entonces es probable que no lo puedan superar por el resto de sus vidas. Es posible que ellos puedan ir de compras, hacer llamadas telefónicas y saludar a las personas, pero no podrán profetizar ni orar en las reuniones. Por ende, existe una necesidad indiscutible de la obra de habla china. Si el Señor lo permite, tendré comunión con los ancianos para que de ahora en adelante la reunión y la obra de habla china ya no sean de carácter temporal, sino que sean parte de la iglesia local. El gobierno estadounidense no sólo aprobó una nueva ley de inmigración, sino que también hizo los preparativos para recibir a los nuevos inmigrantes al establecer escuelas y contratar maestros para que les enseñen inglés. Hoy en día la iglesia aquí no puede ser una iglesia estadounidense típica; tiene que ser una iglesia local, una iglesia que incluya a todos los santos en aquella localidad. Puesto que hay muchos chinos entre los santos, la iglesia naturalmente tendrá que hacer los arreglos necesarios para incluirlos.
(
Levantarnos para predicar el evangelio, capítulo 1, por Witness Lee)