LA HUMANIDAD DE JESÚS
SEGÚN EL EVANGELIO DE MARCOS
Diligente
Ahora veremos el Evangelio de Marcos, el cual nos dice claramente que Cristo es el Siervo de Dios. Pero ¿qué clase de hombre es este siervo? Primero que todo es un hombre muy diligente. Marcos 1 revela que Él era una persona excesivamente ocupada. Yo creo que se acostaba bastante tarde; sin embargo, en el versículo 35 dice: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Muchas veces la gente se excusa diciendo que no se levantan temprano porque se acuestan muy tarde. Ellos sienten que sólo pueden atender el “servicio de las once de la mañana”. Pero la humanidad que sólo es buena para el mentado servicio de las once de la mañana nunca es buena para la vida de iglesia; sólo es buena para el servicio de las once de la mañana. La vida de iglesia necesita una humanidad que sea diligente y dinámica. A veces el Señor estaba tan ocupado que no tenía tiempo ni para comer. Sus parientes decían que estaba fuera de Sí (3:20-21); pero a veces necesitamos ser la clase de persona que está fuera de sí misma. Los que nunca han estado fuera de sí son por lo general los ociosos. Si una persona es diligente en las cosas del Señor, otros dirán que está fuera de sí.
Lo mismo ocurrió en Marcos 6. El Señor y Sus discípulos estaban muy ocupados, y muchos iban y venían, de manera que ni siquiera tenían oportunidad para comer: “Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco” (v. 31). Aunque algunas veces estaba fuera de Sí, otras veces se alejaba de todos. Él hizo esto no sólo para descansar en Su cuerpo, sino también en Su espíritu. Era tan equilibrado. A veces debemos estar ocupados, y otras veces necesitamos alejarnos para dar descanso a nuestro cuerpo y a nuestro espíritu. Ésta es una humanidad verdaderamente balanceada.
(
Cristo como la realidad, capítulo 7, por Witness Lee)