UNA HUMANIDAD EQUILIBRADA
Consideren la corrupción y la iniquidad características de la situación actual, especialmente en la generación joven. Los jóvenes anhelan ser liberados y ser libres en todo. Quieren ser liberados del yugo de sus padres, del yugo de las escuelas, del yugo de la policía, del yugo del vecindario y también del yugo de la constitución del país. El concepto que tienen es que cuanto más bárbaros sean, más libres son. Ellos no quieren ser restringidos en nada. Pero ¿se han dado cuenta de que este concepto procede de Satanás, la fuente de la iniquidad? Él es la fuente de toda rebelión en contra de la autoridad, debido a que él aborrece el reino de Dios.
Para que Dios tenga un reino en la tierra entre la generación joven, es necesario que un grupo de personas sean redimidas y regeneradas a fin de que puedan tomar la humanidad de Jesús. Por medio de esta humanidad, ellos serán equilibrados en todo. Por ejemplo, no hace mucho estaban de moda las corbatas estrechas, pero ahora están más anchas que nunca. Se asemejan a un gran abanico. ¿No creen que esto es extremo? Claro que las regulaciones externas no son efectivas; pero si tomamos la humanidad de Jesús, yo creo que no caeremos en los extremos. Si tomamos la humanidad del Señor, nunca dejaremos de ser equilibrados. Debemos estar sujetos al gobierno celestial de Dios. Si nos sometemos a este gobierno, aun nuestras corbatas manifestarán nuestra cordura. Nuestros zapatos y nuestra manera de vestir les darán a otros la impresión de que somos personas absolutamente normales, sanas y sensatas. Somos sensatos y equilibrados, y todo tiene una proporción apropiada. Sabemos qué clase de zapatos debemos ponernos; aun sabemos cuánto debemos gastar al ir a comprar zapatos. Seremos muy equilibrados, muy moderados, muy sensatos y muy sanos. Debemos ser capaces de declarar esto a todo el universo. Todos los demonios conocen mucho mejor que nosotros cuál es la verdadera situación. Si hacemos tal declaración, ellos tal vez critiquen nuestro cabello. Nuestro cabello puede ser un indicio de que no somos tan sensatos. Es posible que nos señalen el par de zapatos que compramos la semana pasada. Podemos decir que somos equilibrados, pero tal vez no lo seamos; y sólo estemos siguiendo la tendencia moderna de esta generación maligna, pues cuando ellos usan algo raro, nosotros también lo hacemos. Sólo la gente desequilibrada hace esto. A esto se debe que haya tantos casos de trastornos mentales. Sin embargo, nosotros estamos bajo la cubierta de la sangre prevaleciente del Señor. Por Su gracia vencedora podemos declararle a Satanás con toda confianza que nosotros no somos uno de esos casos mentales y que somos moderados en todo. Sin embargo, esto no se debe a nosotros mismos, sino que se debe a la humanidad de Jesús. Sólo disfrutamos Su humanidad en nuestro andar cotidiano.
(Cristo como la realidad, capítulo 17, por Witness Lee)