NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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EL ASPECTO DE DIOS

Apocalipsis 21:11 dice: “Su resplandor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal”. El jaspe simboliza el aspecto de Dios. En Apocalipsis 4:3 vemos que el aspecto del que estaba sentado en el trono era semejante al jaspe. Ahora en el capítulo 21 vemos que toda la ciudad es semejante al jaspe. Esto significa que toda la ciudad es semejante a Dios. Por consiguiente, las piedras preciosas que son conjuntamente edificadas representan tres cosas: la transformación, la edificación y el aspecto de Dios. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, nos habla de la transformación, de la edificación y del aspecto de Dios. Finalmente, estas tres cosas positivas las encontraremos en la Nueva Jerusalén.

En la Nueva Jerusalén podemos ver la transformación, la edificación y el aspecto de Dios. Además, tenemos el andar de santidad simbolizado por la calle de oro. Como hemos visto, después de que entramos por la puerta, andamos por la calle de oro. Nuestro andar en la calle de oro es un andar santo, un andar de santidad. Por consiguiente, tenemos la regeneración, el andar santo, la edificación y la expresión de Dios.

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 19, por Witness Lee)