NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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TRES ASPECTOS DE LA CONDICIÓN CAÍDA DEL PUEBLO DE DIOS

En la época de Éxodo 1, el pueblo corporativo de Dios había caído al menos de tres maneras. En primer lugar, ellos se habían vuelto tan pecaminosos que habían caído bajo el juicio de Dios; segundo, habían caído bajo la esclavitud del faraón y se habían vuelto mundanos; y tercero, estaban impregnados del olor del ajo. Por consiguiente, necesitaban ser redimidos del juicio de Dios, librados de la esclavitud de Egipto y reconstituidos con un elemento de olor agradable. Cuando el pueblo de Dios estuvo en Egipto, a menudo comía ajos, puerros y cebollas. A nadie le gusta el olor del ajo. Todos los que contactaban a los hijos de Israel en Egipto se habrían molestado con el olor del ajo. Así que, delante de Dios, los hijos de Israel estaban condenados; en Egipto, ellos estaban esclavizados; y con respecto a sí mismos, olían a ajo. Ciertamente necesitaban ser redimidos, liberados, transformados y reconstituidos. Ellos tenían que llegar a ser un pueblo diferente, un pueblo que no estuviera más bajo el juicio de Dios, que no estuviera más cautivo en Egipto y que ya no despidiera el olor del ajo.

La intención de Dios era que Su pueblo escogido fuera Su morada en la tierra. Pero Su pueblo estaba bajo Su juicio, se hallaba esclavizado en Egipto y olía a ajo. ¿Cómo podía Dios morar en medio de un pueblo en tales condiciones? ¿Cómo podían ellos ser Su morada? Al parecer esto era imposible. Sin embargo, no era imposible para Dios. Cristo intervino en su situación como el Ángel libertador, como el Moisés que habla, como el Cordero redentor y como el nutritivo pan sin levadura. Este Cristo es maravilloso.

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 3, por Witness Lee)