NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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SOMOS SALVOS AL COMER

Ahora debemos ver cómo Dios libera a Su pueblo escogido. Dios nos libera al alimentarnos. Él nos salva dándonos algo de comer. Por lo tanto, es al comer que somos librados de nuestra lamentable situación. Nosotros tenemos este dicho: “El camino es comer a Jesús”. Sin embargo, Jesús es profundo y comerlo a Él no es algo sencillo. Jesús es inescrutablemente rico y todo-inclusivo; Él lo es todo. Cuando estábamos en Egipto, tuvimos que comerle como el Cordero porque estábamos bajo el juicio de Dios y éramos esclavos del mundo. El Cordero derramó Su sangre por nuestros pecados, nos limpió de nuestros pecados y nos redimió del juicio de Dios. Este Cordero también posee la vida que nutre, y al comerlo somos fortalecidos para salir de Egipto. Por consiguiente, por medio de la sangre del Cordero somos redimidos del juicio de Dios, y por medio de la vida del Cordero somos vigorizados y fortalecidos para escapar de Egipto.

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 4, por Witness Lee)