NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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EL ELEMENTO CELESTIAL DEL MANÁ SE FORJA EN NUESTRA CONSTITUCIÓN

Sin embargo, aún necesitamos que el elemento celestial se añada a nosotros. Aunque fuimos redimidos, liberados, limpiados y purificados, todo esto está relacionado con cosas negativas; aún no tenemos nada positivo. Por consiguiente, aún no somos aptos para ser la morada de Dios. A fin de ser la habitación de Dios, es necesario que algo celestial se forje en nuestro ser. Por lo tanto, debemos comer el maná celestial y beber del agua viva para que algo celestial y viviente se forje en nuestra constitución. Ahora, cada día y aun a cada hora, comemos el maná y bebemos del agua. Cuanto más comemos y bebemos de esta manera, menos olemos a ajo y más olemos a maná. Éxodo 16:31 dice que el sabor del maná era “como de hojuelas con miel”. El sabor del maná es dulce; es un sabor celestial, no mundano. Cuando el elemento del maná se forja en la constitución de nuestro ser, somos aptos para ser la morada de Dios sobre la tierra. De este modo el tabernáculo fue erigido en el desierto, y luego fue lleno de la gloria de Dios (40:34-35).

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 4, por Witness Lee)