NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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UNA ENTIDAD CONSTITUIDA DE CRISTO

La iglesia no es una entidad que está fuera del Dios Triuno. Tampoco es simplemente un grupo de creyentes que se reúnen. La iglesia es una entidad constituida de Cristo. No es una organización, sino una entidad constituida de Cristo y con Cristo. Considere en su cuerpo físico. Su cuerpo no es una organización, sino una entidad viviente compuesta por muchos miembros. Cuando usted va al dentista, él puede arreglar sus dientes colocando oro en ellos. Sin embargo, dicho elemento no es parte de su constitución. Por muy puro, valioso y hermoso que sea, el oro no puede formar parte de su constitución, porque no tiene su vida. Asimismo, la iglesia no es simplemente un grupo de creyentes de Cristo que han sido limpiados de gérmenes contaminantes, que han sido justificados, limpiados y purificados, y quienes se reúnen con regularidad. Éste no sería un entendimiento acertado de la iglesia. La iglesia es una entidad constituida de Cristo. Es Cristo mismo, quien se ha forjado en las fibras de nuestro ser. El Cristo que se ha forjado en nuestra constitución es la iglesia. La iglesia es una entidad constituida del Cristo resucitado, quien es la corporificación de la realidad del Dios Triuno. Por lo tanto, la iglesia es una entidad viviente constituida del Dios Triuno, quien se ha forjado en nuestra humanidad. En efecto, nosotros somos seres humanos, pero en nuestra humanidad, estamos constituidos del Dios Triuno, pues Él se ha forjado, se ha constituido en nosotros. Por consiguiente, no somos simplemente seres humanos; somos también la iglesia. No somos simplemente un grupo de creyentes que se reúnen. Somos aquellos que han sido sumergidos en el Dios Triuno y en cuya constitución Cristo se ha forjado. Esto es la iglesia. Quienes componen la iglesia no son simplemente personas que han sido redimidas, limpiadas, purificadas y enmendadas. Ellas son personas que han sido reconstituidas de Cristo, quien es la corporificación misma del Dios Triuno.

Permítanme hacerles esta pregunta: ¿somos solamente personas que han sido redimidas, limpiadas, purificadas y enmendadas? Debemos responder a esta pregunta con un fuerte: “¡No!”. Además de todo esto, hemos sido reconstituidos de Cristo. Por lo tanto, tenemos que decirle a Satanás: “¡No me toques! ¿Acaso no sabes que tengo a Cristo en mí, que Cristo se ha forjado en las fibras de mi ser?”. Yo puedo verdaderamente decir que para mí el vivir es Cristo (Fil. 1:21). No solamente soy una persona redimida, ni simplemente una persona que ha sido limpiada y purificada; soy una persona llena de Cristo, una persona en quien Cristo se ha forjado. Ahora dentro de mí hay un elemento constitutivo espiritual y celestial. Por lo tanto, digo una vez más que la iglesia es el Dios Triuno que se ha convertido en la constitución de nuestro ser.

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 15, por Witness Lee)