EL SEÑOR
Tercero, Cristo es el Señor. Los cielos y la tierra le pertenecen. Nosotros también le pertenecemos. Todas las cosas tienen un dueño, un poseedor. El dueño del universo es Jesús el Señor. Él es dueño de los cielos, Él es dueño de la tierra, y Él es dueño de usted y de mí. Si no cree en Jesús, entonces usted es una persona que no tiene dueño. ¡Cuán lamentable sería esto! Aquellos que no tienen dueño no reciben ningún cuidado ni protección. Si usted no cree en Jesús, no tiene al Señor como su dueño. Sus padres no son sus dueños; su dueño tampoco es su esposo o esposa. El Señor Jesús debe llegar a ser su dueño. Si usted le recibe, Él vendrá a ser su dueño. Usted vendrá a ser Su posesión y Él cuidará de usted. ¡Qué bueno es tener a esta persona que nos posee!
Consideren el ejemplo de mi reloj. Si mi reloj no tuviera dueño, no recibiría ningún cuidado ni protección. Debido a que soy dueño de mi reloj, lo cuido mucho. Si no estuviera en el lugar correcto, no tendría la paz para dormir en la noche. Si yo cuido mi reloj de esta manera, ¿cuánto más no cuidará el Señor a aquellos que posee? ¿Quién cuida de usted? Si no tiene a Jesús, usted no tiene un Señor ni le pertenece a nadie. ¡Cuán agradecido estoy por tener a Jesús! Él es mi Señor y Él cuida de mí.
(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 11, por Witness Lee)