LAS PREGUNTAS QUE PROCEDEN DE BABILONIA
Una cosa es ver estos asuntos, pero otra muy distinta es aplicarlos. Supongamos que dos hermanos que son cristianos genuinos y que han tenido una formación religiosa, se reúnen a tener comunión. Uno le pregunta al otro a qué iglesia va. Al hacer esta pregunta demuestra que está en Babilonia. ¿Qué razón hay para preguntar a otros a qué iglesia van? ¿No basta con que seamos hermanos en el Señor? Sin embargo, los cristianos hoy en día continuamente hacen preguntas como éstas: ¿A qué iglesia va? ¿Ha sido bautizado por inmersión o aspersión? ¿Habla usted en lenguas? ¿Cuál es su perspectiva con respecto al arrebatamiento: pretribulación, postribulación o arrebatamiento parcial? ¿Qué piensa usted de la seguridad eterna? Todas estas preguntas provienen de Babilonia. Los cristianos se han dividido una y otra vez a causa de preguntas doctrinales como éstas. No estamos divididos a causa de Dios ni de Cristo. Nosotros tenemos un solo Cristo, un solo Dios y un solo Espíritu Santo. Nuestra fe y nuestra esperanza también son una sola (Ef. 4:4-6). Sin embargo, definitivamente no somos uno en doctrina. Si hablamos acerca de Dios y de Cristo, seremos uno. Pero si hablamos de doctrinas, de inmediato nos dividiremos. No hagan preguntas que causen división. Si lo hacen, se estarán comportando como personas babilónicas. Hacer preguntas como éstas implica que ustedes están promoviendo la división.
(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 9, por Witness Lee)