NĂșcleo de la Biblia, El, por Witness Lee

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EL DIOS REDENTOR

En la Nueva Jerusalén tenemos al Dios redentor. Un día, a causa de la caída del hombre, el Dios creador vino a ser el Dios redentor. En Génesis 3:15 el Dios redentor vino como la simiente de la mujer. La simiente de la mujer es sencillamente el Dios redentor, Dios que llegó a ser la simiente de la mujer para redimirnos. Este Dios redentor es llamado el Cordero. Juan 1:29 dice: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”.

Apocalipsis 22:1 nos habla acerca del trono de Dios y del Cordero. Tanto Dios como el Cordero están sentados sobre el trono. Por muchos años no podía entender cómo dos personas podían sentarse en un mismo trono. Sin duda alguna, ellos no están sentados juntos, uno al lado del otro. En vez de ello, Dios está en el Cordero. Sabemos esto porque Dios es la luz y el Cordero es la lámpara. La luz y la lámpara no están una al lado de la otra. La luz está en la lámpara. Esto demuestra que Dios está en el Cordero, quien está sentado en el trono. Por consiguiente, los dos son en realidad uno solo, así como la luz y la lámpara son una sola unidad, una sola entidad. De igual manera, Dios y el Cordero son una sola entidad, no dos.

El Dios que está en el Cordero es el Dios redentor. Por la eternidad en la Nueva Jerusalén veremos al Dios redentor, esto es, a Dios en el Cordero.

(NĂșcleo de la Biblia, El, capítulo 19, por Witness Lee)