EL DESEO DE DIOS
Todos los buenos estudiantes de la Biblia están de acuerdo en que el salmo 8 es una continuación de Génesis 1. Noten que el salmista no empezó este salmo declarando: “Oh Jehová, Señor nuestro, / ¡cuán excelente es Tu nombre / en todos los cielos!”. No, él no hizo hincapié en los cielos, sino que en vez de ello dijo: “¡Cuán excelente es Tu nombre / en toda la tierra!”. Creo que el salmista estuvo meditando durante la noche cuando escribió este salmo. Siendo un ser humano como nosotros, él miró los cielos creados por Dios, la luna y las estrellas; y mientras miraba los cielos, no exclamó: “¿Qué es el ángel, para que te acuerdes de él?”, sino que preguntó: “¿Qué es el hombre mortal?”. No entiendo este maravilloso razonamiento. El salmista estaba mirando los cielos, pero de repente dirigió su atención al hombre y a la manera en que Dios cuida de esta tierra. Les hago notar estos versículos sólo a modo de ejemplo para mostrarles que en el pensamiento del salmista había quizás lugar para los ángeles, pero en el concepto divino, la posición del hombre era mucho más importante. Y para Dios, la tierra es mucho más importante que los cielos. Al final de este salmo, Dios es nuevamente alabado por la excelencia de Su nombre en toda la tierra.
(Visión del edificio de Dios, La, capítulo 1, por Witness Lee)