LA DEGRADACIÓN
Esta situación agradable, esta condición gloriosa, no duró mucho tiempo. El Arca fue capturada, y el edificio de Dios sufrió una severa degradación (1 S. 3—6). Pero aun antes que el Arca fuera capturada, la situación dentro del tabernáculo era muy oscura y sombría. No había luz; todo se hallaba en tinieblas. No había un hablar fresco ni una revelación fresca de parte de Dios. Los sacerdotes habían envejecido y estaban caducos. Por consiguiente, Dios tuvo que levantar a un niño: Él fue obligado a producir algo fresco y nuevo. Debemos aprender a nunca envejecer.
La degradación empeoró. Los israelitas no estuvieron dispuestos a ponerse a bien con Dios, y en vez de ello se volvieron supersticiosos y usaron el Arca para pelear una de sus batallas. El Arca fue capturada, y la degradación alcanzó su punto más bajo.
(Visión del edificio de Dios, La, capítulo 11, por Witness Lee)