Visión del edificio de Dios, La, por Witness Lee

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JESUCRISTO ES EL EDIFICIO DE DIOS

Ahora consideremos el edificio de Dios en el Nuevo Testamento. El Evangelio de Juan dice: “La Palabra se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros” (1:14). Nuevamente, la expresión “fijó tabernáculo” es la forma verbal de la palabra tabernáculo. El significado de que el Señor Jesús se encarnara como hombre es que Él fijó tabernáculo entre nosotros. Debemos entender ahora cómo necesitamos todo el Antiguo Testamento para explicar el significado de esta palabra tan vital. Si leemos Juan 1:14 conforme al texto griego sin un conocimiento del Antiguo Testamento, no entenderemos el significado completo de la palabra tabernáculo. Esto es sencillamente la mezcla de Dios con el hombre. La divinidad y la humanidad llegaron a ser una morada mutua. El tabernáculo, la morada de Dios, no era la morada de Dios solamente. En el libro de Salmos vemos que el templo, o el tabernáculo, era también la morada de todos los que buscaban a Dios. Era una morada mutua de Dios y el hombre.

El apóstol Juan señala que la Palabra se hizo carne. ¿Qué era la Palabra? La Palabra era Dios (Jn. 1:1); y Dios entró en la carne, la naturaleza humana del hombre. Esto simplemente significa que la divinidad se mezcló con la humanidad; éste es el verdadero tabernáculo. Juan 1:14 añade que Él “fijó tabernáculo entre nosotros (y contemplamos Su gloria...)”. Así como el pueblo de Israel había visto la gloria de Dios llenar el antiguo tabernáculo, ahora los apóstoles de Cristo vieron la gloria, “(...gloria como del Unigénito del Padre), llena de gracia y de realidad”. Más tarde, al final del mismo capítulo, el Señor Jesús le dijo al verdadero israelita, Natanael: “De cierto, de cierto os digo: Veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y descender sobre el Hijo del Hombre” (v. 51). Este capítulo es sumamente significativo. En el primer versículo tenemos la Palabra, que es Dios mismo, y en el último versículo tenemos al Hijo del Hombre. Dios mismo llegó a ser el Hijo del Hombre. La Palabra habla de algo en la eternidad pasada, “En el principio era la Palabra”; pero “el Hijo del Hombre” habla acerca de la eternidad futura. Se requiere la eternidad para poder explicar este hecho. En la eternidad pasada sólo estaba Dios, pero en la eternidad futura la divinidad se habrá mezclado con la humanidad en el Hijo del Hombre. En la eternidad pasada no había humanidad en Dios, pero en la eternidad futura Dios existirá como Hijo del Hombre, lleno de la naturaleza humana. La divinidad se habrá mezclado completamente con la humanidad.

El punto esencial de Juan 1:51 es el cielo abierto con los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. ¿Recuerdan el sueño de Jacob? Nuestro Señor se estaba dirigiendo a un grupo de personas que conocía bastante bien el Antiguo Testamento. Cuando el Señor se dirigió a Natanael, tanto él como los demás que estaban allí presentes sabían a lo que el Señor se refería. El sueño de Jacob constaba de dos elementos: un cielo abierto y una escalera que unía el cielo con la tierra, sobre la cual los ángeles subían y descendían. Esta escalera era el Hijo del Hombre. Observen aquí el orden: dice primero que subían y después descendían, lo cual significa que algo subía al cielo de la tierra y después regresaba de nuevo a la tierra. ¿Por qué el Señor Jesús se refirió a estas cosas al comienzo del Evangelio de Juan? Para mostrar que Él vino con el único propósito de que el cielo esté abierto a la tierra y de que sobre esta tierra Él, el Hijo del Hombre, sea el elemento mismo que une el cielo con la tierra. Ésta es la escalera del sueño de Jacob. En este sueño tenemos Bet-el, la casa de Dios, compuesta de una piedra sobre la cual se había derramado aceite. Esa piedra sobre la cual había sido derramado aceite representa la mezcla de Dios con el hombre. Por lo tanto, el Hijo del Hombre es el cumplimiento exacto de ese sueño. En Él, el cielo está abierto a la tierra, y la tierra está unida con el cielo. En Él tenemos Bet-el, esto es, Dios mezclado con el hombre.

¿Qué es el Hijo del Hombre? Él es el tabernáculo. El primer capítulo del Evangelio de Juan es verdaderamente maravilloso. A fin de comprenderlo, debemos entender estas cosas: la Palabra, Dios mismo, y que esta Palabra, que es Dios mismo, se hizo carne, fijó tabernáculo o se mezcló con el hombre. Éste es el Hijo del Hombre, y éste es el edificio de Dios. El edificio de Dios es la mezcla de Dios con el hombre y del hombre con Dios. El edificio significa que Dios se edifica a Sí mismo en nosotros y nos edifica a nosotros en Él. Las descripciones que nos da el Antiguo Testamento del aceite derramado sobre la piedra y del oro que recubre las tablas simplemente significan que la divinidad se mezcla con la humanidad. Éste es el significado básico del edificio de Dios.

(Visión del edificio de Dios, La, capítulo 13, por Witness Lee)