Visión del edificio de Dios, La, por Witness Lee

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UNA SOLA CALLE

El punto número once es que junto con este fluir y suministro de vida tenemos una calle. Hay una sola calle, un solo camino. En la calle de la Nueva Jerusalén hay un río que fluye, y en ese río crece un árbol cuyas ramas se extienden de uno a otro lado del río. El camino espiritual siempre va acompañado del fluir y del suministro de la vida. Examinemos nuestra propia experiencia. Si no tenemos el fluir de vida ni el suministro de vida, no tendremos un camino por el cual andar; no sabremos cómo seguir adelante. Cuando estamos en una reunión de la iglesia que está llena del suministro de vida en el fluir de vida con la luz y autoridad de Dios, sabremos con toda claridad cuál es el camino que debemos seguir. Después de esta reunión e incluso durante la reunión, diremos: “Ahora veo las cosas claramente y sé lo que debo hacer con respecto a esto y aquello; sé cómo proseguir”. Vemos esto con claridad porque allí está el camino, la calle. Pero si la reunión de la iglesia está llena de confusión y oscuridad, de pobreza y sequedad, en dicha reunión no estará presente el trono, ni la luz, ni el fluir de vida. En una reunión así estaremos en tinieblas, y después no sabremos cómo proseguir puesto que no hay ningún camino.

El cuadro anterior nos revela tres cosas en una: la calle o el camino, el fluir de vida y el árbol de la vida. Cuando tenemos el fluir de vida, tenemos también el árbol de la vida y el camino de vida. El camino de vida se halla junto con el árbol de la vida, y el árbol de la vida crece en el fluir de vida. En el fluir tenemos el suministro de vida y la manera de seguir adelante.

(Visión del edificio de Dios, La, capítulo 17, por Witness Lee)