LAS TABLAS
Las tablas del tabernáculo resultan de las experiencias que tenemos de los objetos que están dentro del tabernáculo y son la parte principal del edificio mismo. Sin las tablas, el tabernáculo no podría ser erigido. Si logramos ver este cuadro tan impresionante, comprenderemos que las tablas son la reproducción y agrandamiento del Arca. El Arca es Cristo, el Hijo de Dios encarnado. Por un lado, Él posee la naturaleza divina, y por otro, posee la naturaleza humana. La naturaleza divina está mezclada con la naturaleza humana como una sola entidad. Esta persona es la corporificación de Dios y el testimonio de Dios, el Arca. Las tablas, como reproducción del Arca, son la iglesia. El Arca es Cristo mismo, y la reproducción del Arca, o sea, su aumento, es la iglesia. La iglesia es el agrandamiento de Cristo, el aumento de Cristo, que es exactamente igual a Cristo en naturaleza.
Dado que existe un solo Cristo, puede haber una sola Arca. Sin embargo, las tablas son muchas. Hay veinte tablas en el lado norte, veinte en el lado sur, seis en la parte posterior y dos en las esquinas (Éx. 26:15-25). En conjunto eran cuarenta y ocho tablas. El número cuarenta y ocho se compone de seis veces ocho. El hombre fue hecho en el día sexto; por lo tanto, el número seis simboliza al hombre. El número del anticristo es seiscientos sesenta y seis (Ap. 13:18). Esto significa un exceso del hombre, un exceso de humanidad, lo cual es muy negativo. El número ocho representa un nuevo comienzo, otro inicio, lo cual se refiere a la resurrección. Por lo tanto, las cuarenta y ocho tablas nos muestran que todos los que están relacionados con la iglesia como el edificio de Dios son humanos, pero han sido resucitados. El edificio se compone de la humanidad en resurrección. Había cuarenta y ocho tablas, pero un solo tabernáculo. Nosotros los cristianos somos muchos, pero a la vez somos un solo Cuerpo, una sola iglesia (1 Co. 10:17). Y esta única iglesia es el aumento del Arca, el agrandamiento de Cristo.
(Visión del edificio de Dios, La, capítulo 8, por Witness Lee)