EL ESPÍRITU INMENSURABLE
El Espíritu compuesto todo-inclusivo,
tipificado por el ungüento compuesto
Ahora consideremos el Espíritu inmensurable. La palabra inmensurable no sólo denota el ámbito del Espíritu, sino que también denota el contenido y la naturaleza del Espíritu. El Espíritu inmensurable es inmensurable en ámbito. También es inmensurable en contenido y naturaleza, esto es, en lo que el Espíritu mismo es. El Espíritu inmensurable es en realidad el Espíritu compuesto todo-inclusivo, tipificado por el ungüento compuesto descrito en Éxodo 30:23-25. (Para abarcar esto en detalle, véase el Estudio-vida de Éxodo, mensajes del 157 al 166). El Espíritu inmensurable, que es el Espíritu compuesto todo-inclusivo, no es simplemente el Espíritu de poder ni el Espíritu de vida. Este Espíritu inmensurable es en realidad la expresión consumada del Dios Triuno.
El Espíritu inmensurable sobrepasa nuestro entendimiento. Excede nuestra capacidad para hablar de este Espíritu todo-inclusivo. Sencillamente no tenemos las palabras adecuadas para describir a este Espíritu inmensurable. Sabemos que la cultura da origen a las palabras y las expresiones en el lenguaje. Todavía no tenemos la cultura espiritual necesaria para tener el lenguaje adecuado a fin de describir plenamente al inmensurable Espíritu todo-inclusivo.
El Espíritu vivificante
El Espíritu inmensurable es el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). En resurrección Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante a fin de impartir vida. Como el Espíritu vivificante, Él está listo para ser recibido por los que creen en Él. Cuando creemos en Él, Cristo entra en nuestro espíritu y somos unidos a Él, quien es el Espíritu vivificante. De esta manera llegamos a ser un solo espíritu con Él (6:17).
Hoy en día algunos se oponen a la verdad de que Cristo en resurrección es el Espíritu vivificante. Ellos dicen que así como Adán llegó a ser un alma viviente por medio de la creación, así Cristo llegó a ser un Espíritu viviente por medio de la resurrección. Sin embargo, niegan que el Espíritu vivificante mencionado en 1 Corintios 15:45 sea el Espíritu Santo que da vida. No obstante, admiten que el Espíritu Santo da vida. Ésta es una mejora sobre el concepto de que el Espíritu Santo sólo es un instrumento de poder y no una persona. Pero Pablo dice que el postrer Adán, Cristo en la carne, no sólo fue hecho un espíritu, sino un Espíritu vivificante. Esto no denota simplemente al espíritu de Cristo como un ser. Por supuesto que Cristo tiene un ser espiritual. El Evangelio de Marcos nos dice que cuando Cristo estuvo en la tierra, Él conocía las cosas en Su espíritu (2:8). Además, mientras Él moría en la cruz, Él encomendó Su espíritu a Dios el Padre (Lc. 23:46). También sabemos por el libro de 1 Pedro que después que Cristo fue crucificado y antes de ser resucitado, Él descendió en Espíritu al Tártaro para proclamar la victoria de Dios (3:18-19). Antes de ser resucitado y mientras Su cuerpo aún estaba en la tumba, Cristo fue al Tártaro en Su Espíritu viviente, Su divinidad, para hacer tal declaración. En 1 Corintios 15:45 Pablo dice que Cristo, quien es el postrer Adán, fue hecho el Espíritu vivificante. Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante en Su resurrección. El Espíritu de Cristo, quien fue al Tártaro después de la muerte de Cristo y antes de Su resurrección, no podía dar vida. Pero el Espíritu vivificante, que Cristo llegó a ser en resurrección, es idéntico al Espíritu Santo que da vida (2 Co. 3:6).
¿Cree usted que hay dos Espíritus divinos que den vida? Creer en dos Espíritus vivificantes es contrario a la verdad. En 1977 publiqué un folleto titulado ¡Qué herejía: dos Padres divinos, dos Espíritus vivificantes y tres Dioses! En este folleto señalamos que, conforme a 1 Corintios 15:45, el postrer Adán, que es Cristo, fue hecho Espíritu vivificante. Algunos distorsionan este versículo, diciendo que habla de “un Espíritu vivificante”, no de “el Espíritu vivificante”. Pero además del Espíritu Santo que da vida, ¿hay algún otro Espíritu que dé vida? Decir que hay dos Espíritus que dan vida es enseñar una gran herejía. Aunque se trate de un artículo definido o indefinido, el postrer Adán, que es Cristo mismo, fue hecho Espíritu vivificante. En este punto debemos referirnos a Juan 6:63, donde el Señor dijo: “El Espíritu es el que da vida”. En este capítulo el Señor Jesús dijo que Él era el pan de vida que da vida a la gente. Finalmente, indicó que a fin de ser vida como pan de vida, Él llegaría a ser el Espíritu, pues el Espíritu es el que da vida. Además, 2 Corintios 3:6 dice: “La letra mata, mas el Espíritu vivifica”. ¿No es el Espíritu mencionado en este versículo el Espíritu Santo? ¿Podemos decir que además de este Espíritu Santo que vivifica, hay otro Espíritu que vivifica? No, no podemos decir eso.
Otra manera de distorsionar 1 Corintios 15:45 es decir que aquí el Espíritu vivificante no es el Espíritu Santo, sino el espíritu de Cristo como persona. Los que distorsionan el versículo de esta manera dicen que al igual que nosotros tenemos un espíritu, así también Cristo tiene un espíritu. Luego pasan a decir que aquí el Espíritu es el espíritu de Cristo, no el Espíritu Santo. Ciertamente, el Espíritu en este versículo es el Espíritu de Cristo. ¿Pero creen ustedes que además del Espíritu Santo hay otro Espíritu, el cual es el Espíritu de Cristo? Dicho de otra manera, ¿cree usted que, además del Espíritu de Cristo, hay otro Espíritu llamado el Espíritu Santo? No pienso que ninguna persona con un entendimiento que ha sido iluminado pueda creer esto.
Los que distorsionan 1 Corintios 15:45 de esta manera es posible que no sepan que hoy el Espíritu Santo no solamente es el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9) e incluso el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7). Romanos 8:9 testifica que hoy el Espíritu de Dios es el Espíritu de Cristo, y Filipenses 1:19 testifica que el Espíritu de Cristo también es el Espíritu de Jesucristo. En su libro El Espíritu de Cristo, en un capítulo titulado: “El Espíritu del Jesús glorificado”, Andrew Murray dice que después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo no vino de la misma manera que antes. En el Antiguo Testamento el Espíritu únicamente venía como el Espíritu de Dios, pero después de la resurrección y ascensión de Cristo, no sólo vino como el Espíritu de Dios, sino también como el Espíritu del hombre Cristo. Es más, Juan 7:39 dice que antes de la muerte y la resurrección de Cristo, “aún no había” este Espíritu. Sin embargo, el Espíritu de Dios ya estaba allí. Hoy el Espíritu Santo no sólo es el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de Cristo. Este Espíritu, quien es el Espíritu tanto de Dios como de Cristo, es el Espíritu vivificante. Después de Su resurrección, mediante Su resurrección y en Su resurrección, Cristo llegó a ser tal Espíritu vivificante. Sin lugar a dudas, éste es el Espíritu Santo vivificante.
Pablo fue cauteloso al escribir 1 Corintios 15:45. Él no dijo: “Fue hecho [...] el postrer Adán, un espíritu”. Él agregó el adjetivo vivificante, diciendo: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante”. Este modificador deja fuera cualquier argumento. ¿Quién es el Espíritu que da vida? ¿Creen ustedes que además del Espíritu Santo haya otro Espíritu divino que dé vida? La verdad es que hay únicamente un solo Espíritu divino, el Espíritu Santo, el Espíritu vivificante, el Espíritu de Cristo, que da vida. El Espíritu inmensurable en Juan 3 es el mismo Espíritu vivificante en 1 Corintios 15:45.
La Biblia es profunda, pero lo que transmiten los credos antiguos está incompleto y es demasiado simple. Por ejemplo, los credos antiguos no hablan de los siete Espíritus, un asunto muy importante en el Nuevo Testamento. En el último libro de la Biblia, el libro de Apocalipsis, se habla de los siete Espíritus de manera enfática (1:4; 3:1; 4:5; 5:6). Sin embargo, en ninguno de los credos antiguos se hace mención de los siete Espíritus. Debido a que estos credos no son completos, algunos grupos cristianos declaran que el único credo al cual se apegan es la Biblia. Nosotros los seguimos al hacer la misma declaración. No tenemos otro credo más que la Biblia. Dado que ningún credo es completo, tomamos la Biblia entera como nuestro único credo.
El Cristo pneumático
El Espíritu todo-inclusivo, el Espíritu inmensurable, es también el Cristo pneumático (2 Co. 3:6, 17-18; Ro. 8:9-11). Yo no inventé este término. Ha sido usado por otros, incluyendo a Kittel en su Theological Dictionary of the New Testament. Al describir al Cristo que vivió en la tierra, podemos hablar del Cristo en la carne. El término el Cristo pneumático se refiere a Cristo como el Espíritu. Debido a la enseñanza tradicional en cuanto a la Trinidad, algunos consideran al Espíritu como una persona separada de Cristo; entonces hablan de Cristo que está en el Espíritu. Aunque comúnmente se entiende que la frase el Cristo en la carne se refiere al propio Cristo cuando estaba en la tierra, no muchos entienden que la expresión Cristo en el Espíritu significa que Cristo es el Espíritu. Esto hizo necesario que algunos eruditos adoptaran el término el Cristo pneumático para referirse a Cristo, quien es el Espíritu. Debido a la influencia de la tradición, si hablamos acerca del Cristo en el Espíritu, otros podrían pensar que Cristo está separado del Espíritu. No se dan cuenta de que Cristo es el Espíritu.
La palabra pneumático significa “espiritual”. No obstante, si usamos la frase el Cristo espiritual, y no el Cristo pneumático, se podría malentender.
En ninguna parte del Nuevo Testamento se nos dice que Cristo, o el Hijo, está en el Espíritu. La Biblia ciertamente dice que el Padre está en el Hijo y que el Hijo está en el Padre (Jn. 17:21). Pero en el Nuevo Testamento no se halla la noción de que Cristo está en el Espíritu. En cambio, el Nuevo Testamento revela que el Cristo resucitado llegó a ser el Espíritu. En 2 Corintios 3:17 dice: “El Señor es el Espíritu”. Éste es el Cristo pneumático, Cristo mismo quien en resurrección llegó a ser el Espíritu vivificante.
En años recientes he leído varios libros que indican que en nuestra experiencia como cristianos el Cristo resucitado es igual que el Espíritu. Esto no tiene que ver con la doctrina teológica; esto tiene que ver con nuestra experiencia espiritual.
El Espíritu inmensurable es en realidad la aplicación del Cristo ilimitado. Cuando el Cristo ilimitado es aplicado a nosotros, y apreciado y disfrutado por nosotros, Él es el Espíritu inmensurable. Además, este Espíritu inmensurable es la vida eterna.
(Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 13, por Witness Lee)