Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, por Witness Lee

MISTERIOS Y SEÑALES

En este libro acerca del cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas en los escritos de Juan, no tenemos la intención de repasar el Estudio-vida de Juan. Nuestra intención es concentrarnos en el extracto de cada capítulo. La manera de extraer el extracto de cada capítulo es poniendo atención a las señales empleadas en este libro misterioso. El Evangelio de Juan es un libro de misterios y también un libro de señales. Un misterio nos indica algo que sobrepasa nuestro entendimiento natural, y una señal nos indica algo profundo. Por lo tanto, quiero hacer énfasis en la importancia de estos dos asuntos: misterios y señales.

Todos los misterios en el Evangelio de Juan son divinos. Por ejemplo, muchos que estudian la Biblia saben que el Evangelio de Juan es un libro de vida. Ciertamente, esta vida no es la vida física ni la vida psicológica, ni siquiera es simplemente la vida espiritual; esta vida es la vida divina, la vida misma de Dios. En realidad, esta vida divina es Dios mismo. Ésta es la vida eterna revelada en este Evangelio.

La vida divina revelada en el Evangelio de Juan es un misterio. No sólo la vida de Dios es un misterio; toda clase de vida es un misterio. Esto es verdad de nuestra vida física y también es verdad aun de la vida vegetal. La vida de un árbol frutal, por ejemplo, es un misterio.

En el Evangelio de Juan hay muchos asuntos divinos, y cada uno de esos asuntos es un misterio. Todo lo divino es misterioso y difícil de definir. Aunque las cosas divinas y misteriosas no pueden ser entendidas plenamente, aun así son una realidad. Tal vez no podamos definir el misterioso asunto de la vida divina, la vida de Dios, pero esta vida existe, y es un misterio.

La vida divina no es solamente un misterio; también es una señal. Tomemos como ejemplo nuestra vida física. Supongamos que un hermano se pone de pie para hablar en una reunión. Dentro de él tiene este asunto misterioso que es su vida física. Esta vida es invisible. Sin embargo, esta vida misteriosa e invisible puede ser expresada a través de los gestos que él hace al hablar. Los gestos del hermano representan ciertas cosas. De igual manera, la misteriosa vida divina puede expresarse mediante señales. En cada capítulo del Evangelio de Juan hay señales que indican los misterios divinos.

Hemos visto que en el capítulo 1 de Juan hay seis señales: la Palabra, el tabernáculo, el Cordero, la paloma, la piedra y la casa de Dios. Estas seis señales nos proveen un cuadro completo.

En el capítulo 2 hay dos señales. La primera señal, el cambiar el agua en vino, establece el principio de la vida, que es cambiar la muerte en vida. La segunda señal, la de la reedificación del templo destruido, muestra la meta de la vida, la cual es edificar la morada de Dios en la tierra.

(Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 6, por Witness Lee)