UNA SEÑAL DE NUESTRA NATURALEZA SERPENTINA
El punto que estamos señalando aquí es que la serpiente de bronce mencionada en Juan 3:14 es una señal no sólo para Nicodemo, sino para todos nosotros. En Juan 3 el Señor parecía decirle a Nicodemo: “Nicodemo, tú eres una serpiente. No pienses que eres un caballero y no esperes cambiar ni mejorar por medio de enseñanzas. Moisés te enseñó muchas cosas, pero eso no cambió el hecho de que eres una serpiente. Ahora tú has venido a Mí, me has considerado un rabí y has pensado que te podría dar mejores enseñanzas de modo que tú puedas mejorar. No, Nicodemo; estás equivocado. Eres una serpiente. Nicodemo, Yo no soy tu rabí; Yo soy tu Sustituto. Tú eres una serpiente venenosa, pero Yo soy una ‘serpiente de bronce’ dispuesta a ser juzgada por Dios en tu lugar, para que puedas tener vida eterna. Si crees en Mí como Aquel que Dios juzgó en tu lugar, Mi vida divina será liberada a ti. Después que esta vida divina ha sido impartida en ti, tú serás vivificado. Nicodemo, tú estás muerto. Lo que necesitas es que la vida eterna te vivifique. No necesitas enseñanzas ni necesitas un rabí. Tú necesitas un sustituto para que Dios lo juzgue en tu lugar. Como este Sustituto, tengo la vida en Mí para liberarla dentro de tu ser y hacerte viviente”. Ésta es la señal de la serpiente de bronce.
Al predicar el evangelio, debemos declarar la verdad de 3:14. Lo que el Señor le dijo a Nicodemo aquí es parte del evangelio. Sin embargo, hay muchos creyentes que no entienden lo que el Señor Jesús estaba diciendo en este pasaje. Ciertamente los que están en el recobro del Señor ya no son ignorantes del significado que tiene el tipo de la serpiente de bronce, ni de las palabras que el Señor dijo acerca de ello en 3:14. Creo que aun los jóvenes pueden entender lo que estoy hablando respecto a la señal de la serpiente de bronce.
Todos debemos estar conscientes de que, en los ojos de Dios, somos serpientes llenas del veneno del diablo, la serpiente antigua. Como cría de Satanás (Mt. 3:7; 12:34; 23:33), somos pequeñas serpientes engendradas por la serpiente antigua. Quizás usted piense que es una dama o un caballero refinado; pero Dios lo ve como una serpiente. Debo decirles la verdad y señalarles que, a los ojos de Dios, todos los seres caídos somos serpientes. Quizás usted sea una persona muy culta, y tenga una manera de ser amable y un carácter excelente. No obstante, a los ojos de Dios su naturaleza pecaminosa es serpentina. No piense que los criminales son serpientes pero que usted no. Es un hecho que todos somos serpentinos, por cuanto todos fuimos mordidos por esta antigua serpiente venenosa.
Debido a que todos somos seres serpentinos, lo que necesitamos no son las enseñanzas de un filósofo o de un rabí. Lo que necesitamos es que “una serpiente de bronce” sea nuestro Sustituto para que reciba el juicio de Dios por nosotros, nos redima y libere Su divina vida salvadora en nuestro ser interior.
(Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 7, por Witness Lee)