LAS DOS SEÑALES EN JUAN 2
En este capítulo abarcaremos Juan 2, donde se relatan dos asuntos importantes. El primero es el cambio del agua en vino, y el segundo es la palabra del Señor acerca del templo que sería destruido y en tres días sería levantado de nuevo. Aparentemente, lo que el Señor dijo acerca del templo no tiene nada que ver con el incidente de cambiar el agua en vino, pero en realidad, estos dos asuntos están estrechamente relacionados.
Después que el Señor purificó el templo (vs. 12-17), “los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?” (v. 18). El Señor Jesús respondió: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (v. 19). Al purificar el templo, el Señor Jesús mostró un carácter muy fuerte. En esa ocasión Él no fue manso ni amable. Las personas religiosas nunca esperan que Jesús, que tiene un corazón tan manso y humilde, pudiera hacer tal cosa. Los líderes religiosos probablemente pensaron que el Señor se había excedido. Respondiendo a sus palabras de que les mostrara una señal, el Señor les dijo que destruyeran el templo y que en tres días Él lo levantaría. Según Juan 2:20, dijeron luego los judíos: “En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y Tú en tres días lo levantarás?”. Claro, los judíos estaban pensando en el templo de Jerusalén, pero el Señor “hablaba del templo de Su cuerpo” (v. 21). El Señor se refería al templo de Su Cuerpo místico y universal. ¿Quién será capaz de medir este templo? Es imposible que alguien lo pueda medir.
Los religiosos no se dieron cuenta de que el Señor Jesús les estaba diciendo que el verdadero templo era Su cuerpo físico, no el templo en Jerusalén. El Señor se refirió a ese edificio material en Jerusalén como una señal que representaba Su cuerpo físico. El templo en Jerusalén fue destruido por Tito, pero el cuerpo de Jesús fue “destruido” por los judíos cuando le crucificaron. No obstante, en el tercer día ese cuerpo destruido fue levantado. Jesús dijo: “En tres días lo levantaré”. Esta expresión aquí es diferente de lo relatado en los Evangelios sinópticos, donde en su mayor parte dice que Dios resucitaría al Señor Jesús. En Juan 2 el Señor Jesús parecía decir: “Denme muerte, y Yo me levantaré a Mí mismo. Destruyan este cuerpo físico, que es el verdadero templo, y Yo lo levantaré en tres días. Una vez que levante este templo, será agrandado”. Este templo agrandado es el Cuerpo universal de Cristo.
Se nos dice claramente que el incidente de cambiar el agua en vino era una señal: “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea” (v. 11). Sin embargo, no se nos dice expresamente que el asunto de levantar el cuerpo destruido sea también una señal. Pero Mateo 12:38-40 indica que la resurrección de Cristo también es una señal. Cuando algunos de los escribas y fariseos dijeron: “Maestro, deseamos ver de Ti señal”, el Señor respondió: “La generación malvada y adúltera busca señal; y señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. Aquí vemos que la resurrección del Señor es la única señal dada a esta generación perversa. Por consiguiente, en el capítulo 2 de Juan tenemos dos señales: el cambio del agua en vino y la resurrección de Cristo. En este capítulo procuraremos entrar en las profundidades de estas dos señales.
Juan 20:30 y 31 dicen: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de Sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en Su nombre”. Estos versículos indican que Juan seleccionó un cierto número de señales y las usó para componer su evangelio. El que Juan use señales para escribir su evangelio puede compararse con el hecho de que usamos letras para componer palabras, y palabras para escribir un artículo. Así pues, las señales en este evangelio son “letras” que se usaron para escribirlo. Por ejemplo, dos de las señales empleadas en Juan 1 tienen que ver con el Señor Jesús como el Cordero de Dios y con Pedro como una piedra para el edificio de Dios. En el capítulo 2 Juan seleccionó dos incidentes: el cambio del agua en vino y la palabra del Señor acerca del templo en Jerusalén, y los usó como señales para componer este capítulo.
(
Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 5, por Witness Lee)