Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, por Witness Lee

EL TABERNÁCULO Y EL CORDERO

Pasemos de los misterios de la Palabra y del tabernáculo, al Cordero de Dios. Según Juan 1:29, Juan el Bautista dijo: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”. Claro, Juan no vio un cordero; él vio andando al hombre Jesús. Pero él declaró que Éste es el Cordero de Dios. Esto también es un misterio.

En Juan 1:1 primero tenemos a Dios y al Lógos, la Palabra. Luego, en Juan 1:14 tenemos el tabernáculo. En el Estudio-vida de Éxodo estudiamos el tabernáculo en detalle. El tabernáculo en Éxodo es un tipo de la morada de Dios. En el principio era la Palabra, la Palabra era Dios, y esta Palabra, que es Dios, se hizo carne. La carne es el tabernáculo. ¡Aleluya, tenemos a Dios! ¡Tenemos el tabernáculo!

Una vez que tenemos el tabernáculo, el siguiente asunto crucial es tener el Cordero de Dios. El Cordero de Dios representa todas las ofrendas, dado que este Cordero es la ofrenda principal. Por lo tanto, en Juan 1 tenemos a Dios, tenemos la morada de Dios, el tabernáculo, y tenemos todas las ofrendas.

El tabernáculo nos indica que es posible entrar en Dios, o podemos decir que Dios es “entrable”, que en Dios podemos entrar. Esto se muestra claramente en el hecho de que el tabernáculo, que representa al Dios encarnado, tiene una entrada. Por consiguiente, el tabernáculo con su entrada, nos muestra que Dios mismo es “entrable”. Pero ¿cómo es posible entrar en Dios como el tabernáculo? Según la tipología del Antiguo Testamento, entramos en el tabernáculo por medio de las ofrendas. En el Antiguo Testamento, las ofrendas eran el medio por el cual los hijos de Israel podían entrar en el tabernáculo. A nadie se le permitía entrar en el tabernáculo, sin las ofrendas. Esto indica que aparte de las ofrendas requeridas por Dios, nadie podía entrar en Él. Ésta es la razón por la cual después del tabernáculo en Juan 1:14, tenemos al Cordero de Dios en 1:29, como el único representante de todas las ofrendas.

Juan 1:29 dice que el Cordero de Dios quita el pecado del mundo. Esto significa que Cristo como el Cordero de Dios quita el pecado del linaje humano. La frase del mundo en este versículo realmente quiere decir de la humanidad. El pecado entró en el hombre por medio de Satanás. Satanás inyectó el pecado, su naturaleza venenosa, en el linaje humano, pero el Cordero de Dios vino para quitar el pecado del mundo, de la humanidad. Así pues, mediante la ofrenda única es posible que los seres humanos caídos entren en Dios.

(Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 1, por Witness Lee)