Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, por Witness Lee

EL EVANGELIO DE JUAN

Un libro de señales

El Evangelio de Juan es un libro de señales, no de milagros. En Mateo, Marcos y Lucas leemos de los milagros, pero en el Evangelio de Juan la palabra milagro no es usada. Más bien, este Evangelio habla de señales. Por ejemplo, el acto de cambiar el agua en vino es llamado el principio de señales (2:11).

Una señal es un símbolo con un significado especial. Todas las figuras en el Evangelio de Juan son señales. Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra”. La Palabra es una señal. Algunos maestros de la Biblia argumentarán que el Cordero y la paloma pueden considerarse señales, pero que la Palabra no es una señal, por cuanto es un título de Cristo. Apocalipsis 19:13 dice que Su nombre es la Palabra de Dios. Yo respondería que cada nombre es una señal. Por ejemplo, las señales de las calles llevan cierto nombre. Además, hay letreros en las calles, y los letreros llevan nombres. ¿Por qué estos letreros no se conocen como “tabla de nombres”, en vez de letreros? La razón de esto, es que cada nombre denota una señal. En Juan 1:42 el Señor Jesús dijo a Simón que él sería llamado Pedro, un nombre que significa “una piedra”. Esto indica que el nombre Pedro es una señal de que Pedro es una piedra. En principio, esto mismo se aplica al hecho de que la Palabra es una señal.

El Evangelio de Juan es un libro de señales, las cuales aluden a la persona divina, las cosas divinas y los asuntos divinos. En realidad es fácil ver cómo estas señales están relacionadas con la persona divina. No obstante, en el Evangelio de Juan las cosas divinas pueden parecer confusas. ¿Cuáles son las cosas divinas en este Evangelio? Las cosas divinas incluyen la vida divina, la luz divina, la gracia divina, la verdad divina, la autoridad divina, los hijos divinos, la comida divina, el agua divina, el aliento divino, la vid divina, la unidad divina y la edificación divina. Éstas son las cosas divinas que se hallan en este libro.

¿Cuáles son los asuntos divinos? Un asunto divino es la iluminación divina. La luz divina es una cosa, pero la iluminación divina es un asunto. Otros asuntos divinos son la regeneración, la resurrección, la reproducción, la santificación, la edificación y la glorificación. En cuanto al asunto de la reproducción divina, un grano de trigo produce muchos granos. La santificación es un asunto, mientras que la santidad es una cosa. La edificación es el procedimiento, la acción, de la obra de edificación. Finalmente, en Juan 17 tenemos tanto la santificación como la glorificación. En este capítulo el Señor Jesús oró al Padre: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti” (v. 1). Por consiguiente, en el Evangelio de Juan tenemos la persona divina, las cosas divinas y los asuntos divinos.

El prólogo de todo el libro

El capítulo 1 es el prólogo del Evangelio de Juan. En este prólogo tenemos la Palabra, el tabernáculo, el Cordero de Dios, la paloma sobre el Cordero, la piedra y la casa de Dios. La Palabra es el Dios definido (vs. 1-2). El tabernáculo es el Dios definido que se mezcló con la humanidad para ser Su propia morada entre los hombres (v. 14). El Cordero de Dios es la representación de todas las ofrendas, para resolver el problema del pecado que hay entre el hombre y Dios, a fin de que el hombre pueda entrar en Dios, entrar en el tabernáculo (vs. 29, 36). La paloma sobre el Cordero es el Redentor, quien llega a ser el Espíritu vivificante a fin de que Dios pueda entrar en el hombre y ser su vida, de modo que el hombre pueda ser regenerado, transformado y edificado con la vida divina para llegar a ser la casa de Dios (v. 32). La piedra representa al hombre natural, que es barro transformado en material precioso para la edificación de la casa de Dios. La casa de Dios es la edificación de los creyentes transformados en piedras, los cuales llegan a ser el Cristo agrandado como la casa de Dios, la puerta del cielo, una escalera que trae el cielo a la tierra y une la tierra al cielo (v. 51). Todas estas señales son maravillosas. Con la Palabra, el tabernáculo, el Cordero, la paloma, la piedra y la casa de Dios tenemos los extractos del capítulo 1 del Evangelio de Juan. ¡Aleluya por la Palabra, el tabernáculo, el Cordero, la paloma, la piedra y la casa de Dios!

(Cumplimiento del tabernĂ¡culo y de las ofrendas en los escritos de Juan, El, capítulo 3, por Witness Lee)