EL ESPÍRITU SANTO EN NOSOTROS
ESTÁ UNIDO AL TRONO EN EL CIELO
De la misma manera, toda persona que ha sido salva tiene una medida del reino en su interior. Algunos tienen una medida mayor y otros una medida menor; pero toda persona salva tiene el reino en su interior. Si una persona no tiene el gobierno del reino en su interior, su salvación es dudosa. La salvación que el Señor nos otorga no sólo nos trae la vida del Señor, sino que también introduce en nosotros el gobierno celestial. Sabemos que toda persona que ha sido salva tiene al Espíritu Santo en su interior. Este Espíritu Santo no sólo es vida y poder, sino que está conectado al trono celestial.
El Espíritu Santo en Apocalipsis 4 y 5 es los siete Espíritus que están delante del trono de Dios (4:5; 5:6), lo cual nos muestra que el Espíritu Santo está conectado al trono. El Espíritu Santo no sólo nos trae la vida de Dios, sino también el trono de Dios. Por un lado, Él es el Espíritu de poder; y por otro, es el Espíritu que reina, quien introduce el trono de Dios en nuestro espíritu. Él es el Espíritu que hace que el trono de Dios gobierne interiormente en nuestro espíritu. A menos que aún no seamos salvos, el Espíritu Santo está en nosotros; más aún, el Espíritu Santo que está en nosotros no sólo es el Espíritu de vida y el Espíritu de poder, sino también el Espíritu que reina.
Hay muchos que dicen que el Espíritu Santo ha derramado el amor de Dios en nosotros; pero no se dan cuenta de que el Espíritu Santo no sólo derrama el amor de Dios en nosotros, sino que también introduce en nosotros el trono de Dios y Su autoridad y establece Su trono en nosotros. Algunos quizás pregunten qué es el trono de Dios. El trono de Dios es la fuente de la autoridad de Dios. En el universo toda la autoridad de Dios converge en el trono de Dios; el trono de Dios es la autoridad de Dios. Con respecto a que Dios venga a juzgar el mundo, la primera visión que Juan vio en Apocalipsis fue la visión del trono (4:2). Hay un trono en el cielo, y Aquel que está sentado en el trono es Dios. Él es quien rige el universo; Él tiene toda autoridad. Él es el Dios que gobierna, el Señor de señores, el Rey de reyes. Él es Soberano, el gran Rey, que está sentado en el trono, y toda autoridad está en Su mano.
(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 2, por Witness Lee)