Lo que el reino es para los creyentes, por Witness Lee

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EL TERCER PASO EN LA EJECUCIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN DE DIOS: DISCIPLINAR AL HOMBRE POR MEDIO DEL ENTORNO

El tercer paso de la administración de Dios corresponde a la disciplina, el castigo. Después que somos salvos, debemos amar a nuestras esposas y tratar a otros con mansedumbre bajo el gobierno de Dios. Esto no es simplemente una enseñanza de la Biblia, sino también una exigencia que nos hace la vida que está en nosotros. El Espíritu Santo que mora en nosotros a menudo nos exige relacionarnos con nuestra familia con mansedumbre y tratar a otros con consideración. El Espíritu Santo nos da el sentir de que si no tratamos a nuestra familia con mansedumbre, nos estamos rebelando al gobierno de Dios. Sin embargo, muchas veces nos comportamos descuidadamente, pues hacemos caso omiso al sentir del Espíritu Santo en nosotros y actuamos según nuestra propia voluntad. Cuando queremos enojarnos, nos enojamos, y hasta podemos reprender a las personas con palabras ofensivas. Cuando Dios ve que no nos sometemos a Su autoridad y gobierno, Él se ve obligado a ejecutar el tercer paso de Su administración, en el cual nos disciplina, nos castiga, por medio del entorno.

Por ejemplo, supongamos que una mañana un hermano tiene una discusión con su esposa, y después que sale de la casa, tiene un pequeño accidente automovilístico. En ese momento el Espíritu Santo lo reprende interiormente por haber discutido con su esposa, y él se da cuenta de que el accidente viene de la mano de Dios en Su administración gubernamental. Así que él espontáneamente se arrepiente, confiesa su falta y ora: “Oh Señor, perdóname y sálvame. No volveré a hacerlo”. Sin embargo, después de este incidente, él vuelve a estar en sí mismo, y pronto su enojo se manifiesta y estalla libremente, sin ninguna señal de que él esté bajo el gobierno de Dios. Él se había arrepentido y había confesado su falta; no obstante, después del incidente aún no estaba bajo el gobierno de Dios, pues se había enojado como le agradaba. En ese momento Dios sólo podrá decir: “Nuevamente ejerceré Mi administración sobre esta persona”. Así que esta vez la disciplina será más severa. Es posible que el hermano se enferme gravemente y que esa enfermedad que no sane después que él se lamenta y se arrepiente. Quizás se tarde medio año en recuperarse y tenga que estar confinado en cama, con lo cual Dios lo disciplina.

Hoy en día la mayoría de los cristianos saben de la doctrina en cuanto a la disciplina y el castigo. Sin embargo, esta disciplina, este castigo, no es simplemente una doctrina, sino también algo que está relacionado con la administración gubernamental de Dios.

(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 8, por Witness Lee)