Lo que el reino es para los creyentes, por Witness Lee

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EL EVANGELIO DE DIOS TOMA EL REINO COMO SU META CENTRAL

Lamentablemente, el evangelio predicado en el cristianismo de hoy menciona muy poco el reino de Dios. Cuando hace referencia al reino de Dios, lo menciona sólo por nombre sin explicar qué es en realidad el reino de Dios. Por ello muchas personas conocen el reino de Dios sólo en nombre, pero no en su realidad, es decir, no saben a ciencia cierta qué es el reino de Dios. Hoy en día cuando muchas personas predican el evangelio, predican acerca de la “mansión celestial” como si fuera el asunto más central y más importante. Esto es realmente ridículo.

Si leemos cuidadosamente el Nuevo Testamento desde el primer libro hasta el último, no encontraremos ni siquiera un solo versículo que nos diga que la meta del evangelio es que las personas vayan al cielo. En lugar de ello, en casi cada uno de los libros del Nuevo Testamento se nos habla del reino de Dios y se nos dice claramente que la meta central del evangelio es el reino de Dios. La intención de Dios con respecto al evangelio no es que las personas sean salvas y se vayan al cielo, sino más bien que sean salvas para entrar en el reino, esto es, en el reino de los cielos.

El evangelio no tiene que ver con una mansión celestial, sino con el reino. Más aún, la Biblia no habla de una mansión celestial, sino de la Nueva Jerusalén. Apocalipsis 21:2 dice: “Vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una novia ataviada para su marido”. Debo decirles enfáticamente que lo que la Biblia nos muestra en cuanto al evangelio y la salvación no tiene por objetivo en absoluto una mansión celestial, sino el reino. La meta del evangelio de Dios no es salvar a las personas para que se vayan a una mansión, sino para que entren en el reino. Hay una gran diferencia entre un reino y una mansión. Una mansión no es más que un lugar; sin embargo, un reino no sólo involucra un lugar, sino también muchos otros asuntos.

Espero que estas palabras de introducción dejen en ustedes la profunda impresión de que la meta del evangelio de Dios es salvarnos para hacernos entrar en Su reino. Quizás usted nunca antes haya escuchado esto o haya tenido esta impresión. Aunque quizás haya escuchado el evangelio, haya sido salvo, se haya convertido en un creyente e incluso se haya reunido con otros creyentes por un buen número de años, quizás nunca haya tenido la impresión de que la meta del evangelio de Dios es salvarlo para hacerlo entrar en un reino. Quizás usted sepa que por medio del evangelio de Dios usted obtuvo el perdón de los pecados, paz mediante el perdón de los pecados, y la reconciliación con Dios. Quizás también sepa que por medio del evangelio de Dios usted recibió la vida de Dios para llegar a ser un hijo de Dios y miembro de la familia de Dios. Tal vez sepa que por medio del evangelio de Dios usted recibió al Espíritu Santo de Dios y toda clase de dones y bendiciones espirituales. Creo que todos los hermanos y hermanas conocen estos elementos del evangelio. Sin embargo, además de todas estas cosas positivas, el asunto central revelado en la Biblia en cuanto al evangelio de Dios es que la meta del evangelio es salvarnos para hacernos entrar en el reino de Dios.

(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 1, por Witness Lee)