Lo que el reino es para los creyentes, por Witness Lee

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LOS QUE SON SALVOS TIENEN UN REINO, UN GOBIERNO, EN SU INTERIOR

No es posible que recibamos al Señor y, por otra parte, desechemos Su autoridad. No debemos decirle al Señor: “Señor, soy demasiado pequeño para contenerte, mucho menos para contener Tu trono”. Tampoco debemos decirle: “Señor, sólo quiero tener vida y paz; no deseo el reino ni la autoridad”. Si le hablamos al Señor de esta manera, Él nos responderá: “Si quieres vida y paz, debes también recibir el reino y la autoridad. Si quieres al Salvador, debes también recibir al Rey. Yo soy el Salvador y también el Rey. No sólo fui crucificado, sino también entronizado. Yo pasé por la cruz, y ahora estoy sentado en el trono. Yo vengo a ti, no desde la cruz, sino desde el trono. Como Señor de señores y Rey de reyes, entro en ti con Mi trono”. ¿Qué es esto? Ésta es la experiencia del reino.

Aunque exteriormente somos pequeños, nuestro ser interior es muy grande, puesto que en nosotros está el reino. Dentro de nosotros tenemos un reino, un trono y al Rey de reyes, que es Cristo, el Soberano de los reyes de la tierra. Ésta es la experiencia que tenemos en nuestro interior. Espero que todos los hijos de Dios puedan ver esto.

No debemos considerar jamás la salvación como un asunto insignificante. Algunos que han visto que salvación no es un asunto insignificante, a menudo oran: “Yo he sido regenerado; tengo la vida de Dios y he llegado a ser un hijo de Dios. ¡Esto es un gran asunto!”. Sin embargo, debemos ver que el hecho es en realidad más grande que eso; debemos ver que en todos nosotros están el reino de Dios, el trono de Dios, el designado por Dios y el Rey de reyes.

Los hombres en la tierra rechazaron al Señor Jesús, pero los cielos le dieron la bienvenida. Además, después que los hombres lo rechazaron, Él como Espíritu descendió de los cielos. El Espíritu vino con el evangelio, y este evangelio es el evangelio del reino. Cuando escuchamos el evangelio y nos arrepentimos, recibimos a este Salvador; este Espíritu entra en nosotros. ¿Qué clase de Espíritu es Él? Es el Espíritu que fluye desde el trono, los siete Espíritus que están delante del trono (Ap. 4:5). Una vez que Él entra en nosotros, nos da paz al concedernos el perdón de los pecados, y también nos da vida. Además de esto, Él introduce el trono en nuestro ser, es decir, introduce en nuestro ser al Señor que está en el trono. De ese modo nuestro ser llega a ser el reino celestial; en nuestro interior tenemos la autoridad, el trono, el Rey, el reinado y el gobierno. Usando una expresión secular, diríamos que tenemos una administración gubernamental dentro de nosotros.

Hay un reino en cada persona que ha sido salva. ¡Cuán maravilloso es este evangelio! Tal vez algunos no estén de acuerdo con esta afirmación. Podemos aceptar el hecho de que cuando creemos en Jesús, recibimos la vida eterna; pero nos es difícil aceptar el hecho de que cuando creemos en Jesús, recibimos el reino. Quizás nos parezca que es maravilloso saber que hemos obtenido la vida eterna, pero no nos guste oír que el reino, las leyes del reino y el Rey del reino también están en nosotros. Aunque algunos no crean estas palabras, esto se basa en la Biblia. Probablemente algunos al comienzo estén de acuerdo con estas palabras; pero después de ver que todavía siguen viendo películas y discutiendo con sus familiares, sencillamente no puedan creer que el reino, el trono y el Rey de reyes estén en ellos. Esto ciertamente le resulta al hombre difícil de creer.

Quisiera preguntarle una sola cosa: “¿Es usted salvo?”. Mientras sea una persona salva, hay vida en usted. Más aún, Cristo está en usted, la autoridad está en usted, el Rey de reyes está en usted y el reino está también en usted. Aquel a quien hemos recibido es sumamente grande.

(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 3, por Witness Lee)