Lo que el reino es para los creyentes, por Witness Lee

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LA RELACIÓN QUE TIENE EL REINO CON LA AUTORIDAD Y LA GLORIA

La Palabra del Señor deja claro que la gloria de Dios depende de la autoridad de Dios, y que el ejercicio de la autoridad de Dios depende del reino de Dios. Por esta razón, sabemos que la meta de Dios siempre ha sido obtener un reino. El reino es la esfera en la cual Dios reina. En este reino como esfera en que Él reina, Dios puede ejercer Su autoridad y llevar a cabo Su voluntad. Debido a que Su autoridad puede ser ejercida y Su voluntad puede ser hecha, Su gloria puede ser expresada. El que la gloria de Dios sea expresada equivale a que Él mismo sea expresado. El que la gloria de Dios sea expresada depende enteramente de que Él reine en el reino.

Es asombroso que en la Biblia Dios haga reposar estos tres asuntos —Su reino, Su autoridad y Su gloria— sobre Su Hijo. Dios desea glorificar a Su Hijo en el reino, el cual es la esfera de Su reinado. Cuando Su Hijo sea glorificado al reinar en el reino, Dios mismo será glorificado en el Hijo y por medio del Hijo. Hebreo 1:3 dice que el Hijo de Dios es el resplandor de la gloria de Dios y la impronta de la sustancia de Dios. Sin embargo, a fin de que el Hijo de Dios sea expresado como gloria, Él debe tener un reino en el que pueda reinar. Por consiguiente, si nosotros no permitimos que el Señor obtenga un reino en el que pueda reinar, la gloria de Dios que reposa sobre Él no podrá ser expresada.

Con base en esto, queda claro que el reino es el asunto más crucial del Nuevo Testamento. Cuando el Señor Jesús nos enseñó a orar, de manera particular nos encargó que orásemos por la venida del reino, porque el cumplimiento del deseo de Dios depende de la venida del reino (Mt. 6:9-13). Si el reino de Dios viene a la tierra, Su voluntad y Su autoridad serán traídas a la tierra, y Su gloria será expresada sobre la tierra. Además, todo esto depende de Su Hijo. Por consiguiente, es imprescindible que Su Hijo obtenga el reino y reine. Su Hijo nos enseñó que cuando orásemos, debíamos centrar nuestra atención en la venida del reino. Esto significa que el reino debe ser el centro de todas nuestras oraciones. El significado y propósito central de las oraciones de los cristianos debe ser la venida del reino de Dios. Orar por la venida del reino de Dios es pedirle a Dios que establezca Su trono en la tierra y ejerza Su autoridad sobre la tierra. El Señor les enseñó a Sus discípulos a orar de esta manera.

(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 5, por Witness Lee)