LA DEFINICIÓN DEL REINO
¿Qué es el reino en su realidad? Después de Su resurrección el Señor Jesús pasó cuarenta días hablando con Sus discípulos de lo tocante al reino de Dios (Hch. 1:3). En la vida de iglesia, los santos a veces se quejan de que nuestras conferencias son demasiado largas porque siempre duran siete u ocho días, y porque cada reunión dura más de una hora. Dicen que sería mejor si cada conferencia durara sólo tres o cuatro días y que cada reunión no durara más de veinte o treinta minutos. Sin embargo, cuando el Señor habló con Sus discípulos en cuanto al reino de Dios, pasó cinco períodos consecutivos de ocho días —el equivalente a cinco conferencias consecutivas— hablándoles del reino de Dios día tras día. Esto nos muestra que las cosas relacionadas con el reino de Dios no se pueden abarcar completamente en sólo unos pocos días.
Lo que el Señor Jesús habló en cuanto al reino de Dios en esos cuarenta días no se nos dice claramente en la Biblia. Por lo general, las cosas que Dios quiere que nosotros sepamos se revelan claramente en la Biblia, pero a veces parece que Dios quiere hacernos las cosas difíciles. A diferencia de los bosquejos de nuestros mensajes, que siempre nos dan varios puntos principales, en Hechos 1:3 la Biblia simplemente hace referencia a “lo tocante al reino de Dios”. Cuando era joven, cada vez que leía este versículo, me preguntaba: “¿De qué exactamente les habló? El Señor Jesús habló de lo tocante al reino de Dios, pero ¿cuáles son esas cosas?”. En aquel tiempo yo estaba perplejo. No sabía a qué se refería lo tocante al reino. Incluso hoy en día no me atrevo a decir que sé mucho; sólo puedo tener comunión con ustedes acerca de lo que sé.
La Biblia claramente nos muestra que el que no nace de nuevo, no puede entrar en el reino de Dios (Jn. 3:3, 5). ¿Qué es el reino de Dios, y cuáles son las cosas tocantes al reino de Dios? No debemos considerar este asunto como algo insignificante. Al comienzo del Nuevo Testamento el Señor Jesús proclamó el evangelio diciendo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 4:17). Más tarde, cuando les enseñaba a los discípulos, empezó diciendo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (5:3). En este versículo vemos que el evangelio que hemos escuchado es el evangelio del reino. El evangelio que creemos no es solamente el evangelio de salvación, sino también el evangelio del reino. La meta del evangelio es el reino, este evangelio nos salva y nos introduce en el reino. En cuanto a lo que el reino verdaderamente es, me temo que muy pocos sean capaces de contestar esta pregunta.
(Lo que el reino es para los creyentes, capítulo 1, por Witness Lee)